Creo que me he enrollado demasiado así que pasemos a hace unos años. A mis 18 años decidí al ver crecer a mi hermano siendo militar, en convertirme en una. Al principio, creí que no sería tan complicado pero me equivocaba, ya que tuve que aplicarme más, pero eso no quitó que fuera una de las mejores de mi academia. Al pasar de los meses fui ascendiendo cada vez más hasta convertirme en una de las mejores, mis compañeros se preguntaban dónde estaba, ya que a veces, si mi hermano estaba en el cuartel me escapaba a, visitarlo, lo admiraba muchísimo. Casi nunca notaban mi ausencia, pero cuando lo hacían mi mejor amigo jack me cubría, Jack era un amor de persona, muy buen amigo, nos la pasábamos juntos todo lo que podíamos, ya que los horarios en el ejército eran muy estrictos, pero aún así lo pasábamos genial. Todo era felicidad, hasta que ese miserable día tuvo que llegar.
Era un día como cualquier otro, nuestro superior nos había ordenado ir a contrarrestar a algunas milicias en Marruecos, la misión era sencilla avanzar, eliminar silenciosamente a las milicias y volver. Al final los que terminamos siendo emboscados fuimos nosotros, en eso uno de los milicianos tiró una granada, y la desgracia pasó yo no la vi a tiempo, Jack la vio de refilón y me apartó rápida y bruscamente hacia muy atrás, justo detrás de un montón de tierra, pero a él no le dió tiempo a escapar de la granada. Tras la explosión me asomé del montón y lo vi, vi su cuerpo sin vida. Me ardía la sangre y cerré los puños con fuerza presa de la ira, en eso cogí mi arma y me deshice de todos los milicianos. Tras ese ataque de ira me acerqué al cuerpo de mi mejor amigo, los compañeros que quedaban se colocaron detrás de mí observando como lloraba de rodillas sosteniendo en mi regazo el cuerpo sin vida y desmenuzado de mi mejor amigo, así se quedaron un rato hasta que uno de ellos se acercó, era alto, llevaba una máscara negra, que sólo dejaba ver una mirada optimista, pero unos ojos marrones completamente vacíos , este tocó suavemente mi hombro y me dijo:
- Oye chica estás bien?-Decía mientras me limpiaba la mejilla.
-no te preocupes por él... Te está sonriendo desde donde seá que esté, ahora levántate y sigue adelante.
Es un hecho que no volverá, pero te prometo que será enterrado dignamente, así que sigue a delante y no mires atrás-me comentó él amablemente.Tras eso retiró su mano de mi hombro y retrocedió unos pasos hasta donde estaba el resto. Tras aquello, me armé de valor cogí la chapa del cuello de Jack y me la colgué junto a la mía, luego solté su cuerpo y me marché sin mirar atrás.
Lo que yo no sabía es que ese trágico acontecimiento marcaría mi vida de una manera inimagidada. Y que por más que huyera de él y de mi pasado más cerca los tendría.
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Infeliz familia
AcciónUna historia que te transportará a la vida de Sara, una chica de 33 años a la que la vida le ha dado grandes deslusiones y disgustos. Pero aunque la vida le de la espalda cuenta con su familia, bueno o lo que queda de ella. Por suerte o por desgraci...