OO1

142 15 1
                                    

Volvía a estar frente a frente con el borde del edificio donde vivía, con un cigarrillo en la mano y con la otra acomodando su flamante cabello de lava, algo que no parecía afectarle.
Tenía 17, era joven pero técnicamente desde que dejó la casa de sus padres era independiente, había tenido un montón de problemas desde aquella vez, y la compra de una cajetilla de cigarros era su escapatoria.

Sus pulmones no eran afectados por ellos, eran de magma, el calor ya los tenía presos desde su nacimiento al igual que el humo de la lava líquida en su interior.
¿Qué se sentiría caer desde la terraza del departamento? ¿Dolería hasta el impacto o su corazón se detendría antes de tocar el suelo? Se preguntaba tantas cosas...

Se balanceó en el borde para luego tirar el cigarrillo que fumaba desde hace rato por la orilla, sin importar donde o a quién le caía. Debería preocuparle, pero ya no lo hacía mucho, no era la mejor persona del mundo pero no podía adivinar si alguien vendría ahí.
Pero el corazón de su pecho se agitó cuando su pie resbaló del borde, generando que su cuerpo cayera.

No tenía la intención de salvarse luego de esos pocos segundos de vida que pasaron ante sus ojos, quizás, solo quizás, podría salir de sus deudas y problemas...
Pero su brazo fue dolorosamente jaloneado hacia arriba, pero ¿Que podía hacer ante su pesado cuerpo? Subió su cabeza y lo miró, lucía aburrido, pero sus ojos naranjos se iluminaron en la llama más fuerte al ver que alguien lo sostenía.

— ¿Oh? — Se notó confundido, un muchacho de cabello chocolate insistía a llevarlo arriba de nuevo, no lo conocía ni le resultaba familiar de algún lado, nunca lo había visto en realidad.

— ¡Resiste! ¡Te... Te voy a subir, dame un momento! —Se notaba que ese chico no sabía cómo hacerlo, pero era tan insistente con eso... A pesar de que sus manos estaban resultando heridas y quemadas por su temperatura corporal se notaba determinado en subir a alguien como él. ¿Qué pasaba por su mente?

— No...

— ¿No? ¡No digas mamadas, después me cuentas! ¡No te voy a soltar! —Sus facciones mostraron una mueca adolorida, sus gritos eran agudos, algo molestos para sus oídos, pero la mirada de Magma se suavizó considerablemente mientras su temperatura lentamente bajaba hasta quedar en una tibia, normal en el cuerpo de un humano común.

Los gritos del chico parecieron dar frutos, pues algunos vecinos del mismo departamento salieron para notar a ambos ahí, uno colgado del otro, y entre otras personas lograron subirlo.
Aunque al momento de tocar el suelo perdió el rastro del chico de ojos lechosos.

— ¿Uh? —Buscó con su mirada, no veía a nadie con esas características, le preocupaban las quemaduras que le hubiera dejado, admite que estaba algo preocupado por ese extraño.

Claro, no fue una gran sorpresa para él escuchar algunos quejidos suaves que se perdían entre la multitud, notando al levantarse como el chico era jalado por otro rubio a las escaleras que bajaban al resto de pisos del departamento.
Su mano sangraba, pero su tejido no parecía del todo afectado.

𝐂𝐈𝐆𝐀𝐑𝐄𝐓𝐓𝐄   ﹫   Magll𖦹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora