Tras la muerte
exageramos las buenas cualidades de una persona,
las inflamos.en vida
a menudo nos repele esa misma persona
mientras hablamos con ellos por teléfono
o sencillamente al estar en la misma habitación.y a menudo
nos mostramos críticos
con su manera de
caminar, hablar, vestirse, vivir, creerpero que se mueran,
a ver en qué criaturas se convierten
entonces.ojalá en algún funeral alguien dijera:
"¡qué tipo tan odioso era!".incluso en mi funeral
que haya un poquito de verdad,
y luego la buena tierra limpia.