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Desde ya hace algunos días Margaret se encerró en el sótano de la casa y la única permitida que podía bajar era Rousel.
Llevaba días estudiando a las pandillas y sus líderes, se negaba a salir del sótano a menos de que fuera muy importante.
Después de dos semanas Rousel ya estaba preocupada por su amiga quien solo se dedicaba a unir hilos rojos y anotar varias cosas en una libreta.
── Deberías de salir de aquí, tus padres están preocupados por ti... ── Hablo mientras le daba un sorbo a su café favorito.
── No, estoy apunto de terminar mi investigación y yo...── Hablo algo aturdida pero antes de acabar su frase fue levantada del suelo.
Rousel no dijo nada solo camino hacia la salida del sótano con Margaret en su hombro.
Margaret se dio cuenta de lo que su amiga quería hacer así que empezó a hacer berrinche como niña chiquita.
Una vez que salió del sótano con Margaret en su hombro se fue alejando más y más de la puerta del sótano, hasta quedó frente la sala y Rousel solamente la dejo caer al suelo sonando un fuerte golpe por la casa.
── ¿¡QUE MIERDA FUE ESO ROUSEL!? ── Reclamo en su idioma natal mientras veía enojada a la susodicha.
Rousel solo la miro, para después hacer un ligero movimiento hacia en frente dejando ver que quería que viera lo que esta en la sala.
Margaret aún enojada miro hacia la sala donde para su sorpresa estaban varias pandillas que había investigado.
── Una tratando de salvar tu reputación y tu solo la cagas... ── Agregó Rousel mientras sobaba el puente de su nariz con bastante enojo.
Margaret sin nada de vergüenza solamente se sentó masomenos bien y rio de lo dicho por su amiga.
Quienes veían la escena de ambas amigas estaban confundidos e incómodos por lo que acababa de pasar.
Rousel se dio cuenta de esto y suspiro antes de mirar a las personas en su sala.
── De verdad lamento lo que acaba de pasar, pero aquí está la líder como había solicitado. ── Hizo su pequeño intento de disculparse con la visita.
