Domingo, 10 de noviembre de 2030
Nox Villa, ciudad de Anemone, Imperio Ignatius
Después de la noche anterior en la que erradicó por completo al gremio de asesinos 'La Cueva de la Serpiente' Dwayne decidió hacer una visita a Natasha quien era su Reina y también su esposa.
Sí, Dwayne ya estaba casado. Para el público en general, Dwayne estaba comprometido tanto con Gwendolyn como con Natasha, pero la verdad era que ya había realizado una ceremonia de bodas e incluso consumado su matrimonio.
Claro que esto fue un evento que se realizó de forma privada donde solo asistieron las personas cercanas a ellos. La razón tras hacerlo de manera privada se debió enteramente a que su 'Boda' fue muy diferente a lo normal. Era un 'compromiso' del que no había vuelta atrás, y un 'compromiso' en el cual no existía 'divorcio', esto era algo que los había unido por la 'eternidad'. Era algo que solo podía realizarse si ambas partes eran sinceras y una vez que el 'compromiso' se 'formalizaba' recibirían enormes beneficios de este.
Dwayne que se dirigía al interior de la villa se detuvo cuando un repentino aumento de calor en el dorso de su mano izquierda llamó su atención. Dwayne infundió su Aura en su dorso y unas hermosas runas aparecieron. Sonrío al verlas, las hermosas runas eran el nombre de Natasha en rúnico. La runa se activó al sentir su Aura y los diferentes emociones y sentimientos de Natasha se transmitieron. Esta era una de los beneficios que recibió tras su 'Boda'.
Natasha ya sabía que venía y lo estaba apresurando a entrar, probablemente ya estaba al tanto de lo que había sucedido, al ser su Reina, debió sentir la activación del Gambito del Emperador.
Natasha y él compartían cierto secreto en común, lo que fue un ímpetu en su relación y ahora necesitaban conversar acerca de este secreto. Sí la suposición de Dwayne era correcta... se le contrajo el pecho de solo pensar en tal posibilidad. Dwayne sabía que era una conversación inevitable, así que infundió su Aura y le vertió sus sentimientos, diciéndole que estaría ahí pronto.
Dwayne llegó a la entrada de la villa y sintió múltiples miradas de diferentes direcciones, pero no le dio importancia.
Ignoró las miradas de los guardias de la sombra de Natasha e ingresó a la villa de aspecto antiguo y campestre. Natasha amaba la naturaleza y la villa que compraron juntos, había sido diseñada a partir de los gustos de su prometida. Él venía a dormir cada vez que deseaba estar a solas, el aroma de su esposa que inundaba el interior de la villa le daba un sentimiento de tranquilidad única.
Dwayne que ingresó a la villa, fue recibido por una hermosa melodía de piano. Reconoció la canción como 'Blessing Night' era una canción antigua que solía usarse en eventos sociales, pero a raíz del pasar del tiempo, rara vez era tocada.
Era una canción suave que relataba las bendiciones de la noche y como los amantes eran bendecidos bajo el manto nocturno. Las parejas susurraban su amor y solo las estrellas serían testigos de su unión, bendiciéndolos con su brillo resplandeciente, siempre encontrarían cobijo en la oscuridad de la noche.
Dwayne ingresó y tomó el pasillo más corto que llevaba hacia la sala desde donde se originaba la melodía. Llegó a la sala donde una hermosa joven de dieciocho años que tocaba la partitura final de la pieza de piano.
Natasha Áineblood, poseía unos hermosos ojos amatistas que brillaban como gemas, su hermoso cabello negro que parecía haberse formado de un trozo de la noche, llegaba hasta su cintura y era lacio y se ondeaba en las puntas. Su hermoso rostro, nariz pequeña y labios finos en combinación con eso encantadores ojos amatistas, le daban una sensación etérea, como si estuvieran viendo descender a un hada. Y tal definición acerca de su belleza no estaba equivocada, pues Natasha descendía del linaje de la Reina de las Hadas.
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El villano quiere un final feliz
FantasyEn un mundo moderno que ha olvidado su pasado fantástico. Las casas secretas que se remontan desde aquel pasado fantástico, ahora no son más que vestigios de un pasado glorioso. Los siglos de paz se dieron por sentado, olvidando así los grandes sac...