Prologo

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—¡Slytherin! —el sombrero sobre mi cabeza gritó, haciendo que todo el gran comedor pueda escuchar su elección.

Una mesa completa «Slytherin» comenzó a gritar de felicidad, aplaudir y a chiflar.

Me dirigí a esta con la cabeza gacha, pensando en lo que mi padre podría llegar a pensar en cuanto se entere.

Mire hacia la mesa en la que mi hermano mayor se encontraba «Hufflepuf», una sonrisa cálida y reconfortante posaba en sus labios. Intente hacer lo mismo pero se podía notar mi preocupación desde lejos.

Me senté junto a otros de mi mismo año. Comenzaron a interrogarme, pero yo solo di respuestas cortas y explícitas.

No es que me moleste estar en slytherin, para nada, el problema es mi padre.

Estoy más que segura de que me insultara cómo siempre.

Antes de dejarme en la estación 9¾ me recordó reiteradas veces que debía ser igual a mi hermano, y que le decepcionaría mucho el hecho de que yo no siguiera sus pasos.

No voy a llorar en frente de tantas personas, tengo que dar una buena primera impresión.

Pude escuchar como un chico menciono que nuestros padres les llegaría la noticia por parte del director «Albus Dumbeldore», es decir que se enterarían si o si de en cuál casa fuimos seleccionados.

Mantuve la calma y trate de conversarlo con algunos de mis compañeros.

Luego de estar un rato comiendo del gran banquete, el prefecto de cada casa debía guiar a los de primer año a su sala común.

Antes de que pudiese seguir a mi prefecto mi hermano me tomó del brazo.

Me undio en su pecho dándome un fuerte abrazo. —te quiero mucho Evi, no te preocupes por nuestro padre, tu debes estar tranquila, el no te hará nada.

Sentí mis ojos humedos cómo si estuviese a punto de llorar, pero trate de que no. —yo te quiero a ti, Ced.

—Es mejor que sigas a tu prefecto antes de que te pierdas —dejo un beso sobre mi frente.

Me despedí de mi hermano y comencé a seguir a unos pocos slytherin que quedaban caminando detrás del prefecto ya que habían avanzado mucho.

Bajamos unos cuantos pisos por un lugar con muchas escaleras y cuadros colgados desordenadamente por todas partes. Llegamos a las mazmorras, un sitio oscuro comparado al gran comedor.

Entramos a una sala aplia con una paleta de colores verdes, obviamente por el color respectivo de la casa.

Sillones de cuero negro y en las paredes adornos de plata.

El prefecto nos presento a los fantasmas, nos explico un poco del fundador de nuestra casa «Salazar Slytherin» y nos dijo del toque de queda, el cual solo cumplimos los más chicos porque los más grande se la pasan de fiesta.

Entré a mi cuarto dónde ya estaban mis maletas junto a una jaula en la que Greace «mi gata» se encontraba.

La saqué y me recosté en mi cama junto a ella.

Las lágrimas se apoderaron de mi, y la frustración igual.

No quiero decepcionar a papá, es lo menos que quisiera hacer en este mundo, el dió y da todo por nosotros.

Mi madre murió meses después de que yo naciera, haciendo que mi padre quede con el cuidado absoluto de nosotros.

Debe de ser doloroso el ver a tu hija y que te haga recordar a tu esposa muerta.

Pero yo no tengo la culpa de parecerme a mi madre físicamente, solo soy una niña.

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Evelyn Diggory

Estoy completamente decepcionado de que hayas quedado en slytherin. Me das vergüenza.

¿Demasiado es pedirte que te parezcas un poco a tu hermano mayor?

Tan solo miralo, es Hufflepuff, es de los mejores de su clase.

Tu solo eres un desperdicio a nuestro apellido.

¿Una slytherin?

Ningún miembro de nuestra familia había quedado antes en slytherin, eso demuestra lo mala persona que eres, Evelyn.

A.D

Broken Rules / Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora