Descansó su larga cabellera marrón sobre su almohada, estaba algo ansiosa y segúra que dentro de poco debería bajar las escaleras para recibir a sus invitados. Despues de todo, sería la última vez que los vería. ya que no pensaba regresar.
Refunfuñó, al recordar que su hermano había llegado más temprano, le dejó un regalo y se fue con la excusa de que tenía algo que hacer.
-ñeh... al cabo que ni quería que se quede-dijo con decepción mientras se levantaba de la cama-.
Ella era joven, bonita y muy inteligente, su obsesión por los libros era tal, que hasta trabajava en una editora muy famosa. De entre todos sus familiares, solo se llevaba bien con su hermano; con él compartía todos sus secretos y gustos por los libros. Se decepcionó de él ya que le prometió estar junto a ella esa noche; pero ella sabía que el no era así, por eso pensó que debió tener sus razones.
Se dispúso a abrír el regalo de él anticipadamente. Lo sostúvo por un rato, estaba pensativa; no sabía porqué al cargar eso se puso un tanto tríste.
-¿Lo abro, o no lo abro?-pensaba en voz alta-. Hasta que se decidió por abrirlo más tarde.
Comenzaron a llegar los invitados de a poco, ella se miró al espejo confirmando que estaba presentable y bajó a recibirlos.
***
-¡La fiesta de anoche estuvo muy buena!-se repetía en su mente mientras estaba sentada en el avión- todos me desearon suerte y me trajeron algunos regalos pequeños ya que no querían que cargue con mucho peso en el avión.
Se relajó un instante hasta que recordó haber dejado el regalo de su hermano para el final; se paró, buscó su bolso en el compartimento sobre su asiento, sacó el regalo y se sentó. Al tenerlo con ella se volvió a sentir un tanto triste, lo que le hizo pensar.
-"humm... ¿estará mi prometido esperandome al bajar de este avión?; el me dijo que si, y a tiempo, no como la última vez que viaje aquí, que yo había llegado y el recién salía de su casa"-dejando escapar un lárgo y amargo suspíro-.
Abrió el papel de regalo, al mirar el pequeño libro alzó una ceja y pensó:
-¿Este pequeño anotadór?...pfffhg-contúvo una risa-mi hermano debió estar muy ocupado como para darme uno de estos; él sabe que tengo muchos. Aunque éste se ve algo antíguo.-mientras abría y examinaba sus hojas en blanco.-De todos modos, admito que está lindo-buscando una lapicera en sus bolsillos, siempre traía alguna-.
Al querer escribir con la lapicéra sobre el libro, éste se cerró violentamente, lo que hizo alarmár a la joven. su cara se paralizó al ver claramente como se abría lentamente ese pequeño libro, y en sus páginas teñidas de ese intenso rojo, escritas estas palábras:
"Lo siento... no dejaré que me escribas con esa tinta barata"