Capítulo 2.

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Izuku

Volteó, encontrándose con un rubio cenizo de ojos escarlatas, era al menos 9 centímetros más pequeño que él y era algo pálido, muy lindo para ser un chico.

—La otra ya la probé, no sabe tan bien como esta.— respondió con una sonrisa, mirándolo a los ojos, sus ojos lo hipnotizaban, eran tan bellos como él.

Katsuki miró a Izuku, con una ceja alzada y una sonrisa orgullosa, no iba a dejar que el otro lo contradiga.

—No lo creo, probablemente hayas hecho la receta mal.— lo miró a los ojos con una sonrisa y con las manos en las caderas.

—Puede ser.— murmuró el peliverde dudando.

Katsuki se alejó y sonrió orgulloso —Entonces escoge la otra salsa.— terminó la conversación agarrando el carrito y volteando, yendo a la caja.

Izuku se quedó inmóvil para luego sacudir la cabeza y agarrar la salsa que el rubio le recomendó, o más bien obligó a comprar.

Se puso a pensar, recordó a su prometida y se sintió mal.

Ochako se esforzaba en darle un buen almuerzo, aunque no sepa cocinar.

Bueno..., no había hecho nada malo igual, aparte de comprar la salsa para soportar la comida, el chico cenizo era guapo.

¿Espera, qué?

No, no, no, puede que le parezca atractivo porque tiene un aura femenina.

Pagó rápidamente y salió, evitando perderse en sus pensamientos.

Katsuki

Salió de la tienda y caminó miraba los autos que pasaban y se puso a pensar, el chico que le había coqueteado era atractivo, con pecas, y se notaba que tenia buen cuerpo, se sonrojó levemente, suspiró rendido, probablemente no lo volvería a ver.

Empezó a divagar hasta que notó que alguien caminaba atrás de él

Miró discretamente y vio al peliverde, alzó una ceja curioso, ¿por qué lo seguiría?, frunció el ceño, si resultaba siendo un acosador iba a correr.

Volteó, parando en seco con una sonrisa burlona, viendo como el otro paró al mismo tiempo.

— Me halaga que me sigas, pero no quiero un acosador.— el otro lo miró confundido.

—¿Uh?, ¿Qué?...¿¡QUÉ!?— se alarmó, no quería que el rubio pensara que era un acosador, cosa que pasó.

—¿Te haces el idiota o naciste siéndolo?— preguntó de nuevo, con la misma sonrisa burlona.

Izuku soltó una risa — No soy un acosador..., vivo a unas cuadras de acá.— sonrió tímidamente mientras veía al rubio, quien tenía un sonrojo leve, probablemente por el frío de la noche.

Rodó los ojos y miró de nuevo al contrario, entrecerrados los ojos.

—también vivo por acá.— Izuku sonrió con un poco más de confianza, nunca le había gustado ningún chico, pero vamos, ese rubio era casi como una chica, ¿a quien no le gustaría esa hermosura?

—¿Quieres que te acompañe?—preguntó.

El rubio enarcó una ceja, mirándolo extrañado, ¿ese idiota de verdad le preguntaba eso?

—Es raro que le digas eso a un desconocido.—le respondió.

—No lo sé, quiero ser amable si eres mi vecino.— lo dijo aún con timidez, el rubio era intimidante.

Katsuki rió y asintió, en el camino se dijeron sus nombres y rieron al ver que vivían al lado, separados solo por un parque pequeño, casi como una calle.

Izuku miró su casa, sabia que tenía que irse, había disfrutado estar con ese chico, admitía que era muy lindo, y su actitud le gustaba.

—Bueno, supongo que adiós— rompió el silencio mirando al contrario.

Sonrió —Me gustó conversar contigo.— El rubio se sonrojó y soltó una risa, acaban de conocerse hace media hora.

—Considerando que te conozco hace media hora, a mi también me gustó hablar contigo, algún día te invitaré a almorzar.—

El peliverde sonrió suavemente y asintió, despidiéndose.






Izuku

Entró y se sacó los zapatos, mirando la ventana, en donde vio la ventana de la otra casa, la casa de Katsuki, desvío la mirada y subió al segundo piso, no encontró a Ochako.

Se cambió y se tiró a la cama, recordando al rubio con el que habló, recordando su voz, su cabello rubio, sus ojos, era muy lindo, pero ojo, que él era 100% hetero, lindo así de amigos, nada serio.

Tan perdido estaba en sus pensamientos 100% heteros, que no notó a su prometida a su lado, quien estaba en el baño.

—Izuku...—

No la escuchó.

—Izuu...—

Tampoco.

—¡Izuku!—

Oh, ya la escuchó.

—¿Sí amor?— preguntó por fin, dejando de lado sus pensamientos y junto a ello sus murmullos.

—Tardaste mucho en el trabajo..— respondió mirándolo con los ojos entrecerrados.

—Oh, cierto. Conocí a un chico y nos hicimos amigos, es todo, lamento tardar.— respondió culpable, no le iba a decir que le parecia atractivo un chico.

—¿Ah si?, siempre pensé que la forma en que hacias amigos tan rápido daba miedo...— la dio unas palmadas a forma

—Qué— no era pregunta.

Siempre tuvo confianza con su prometida, después de todo, primero fue su mejor amiga.

Le tuvo que explicar a lujo de detalles como es que hacía amigos tan rápido, o sea, él no era raro, ¿no?

La pelicastaña solo lo miró con una sonrisa, mientras veía como murmuraba y luego afirmaba, claro que lo decía de broma, le gustaba jugar con su pareja.

Se acostaron a dormir, abrazandose mutuamente, sabiendo que probablemnte se despertarian peleando por un pedazo de sábana, así se amaban.















Era echo o hecho?

Denle estrella aunque no les guste la historia cabrones, miren q hago todo lo posible por cambiar esta historia toda pendeja para subirla, nada más pq vi en un perfil de una autora que ya no le gustaba más el dkbk, chau, me mato.

Comida. [DekuKatsu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora