Tu falta de querer | Julián x Kevin

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Kevin caminaba gustosamente de la mano de su novio, riendo en ocasiones por las ocurrencias de este y abrazándolo con todo el amor que el mexicano podía brindarle. La lluvia se había intensificado, suerte que su papá era muy estricto y cuidadoso con él, asi que lo obligó a llevar un paraguas por si las dudas. Estaba agradecido.

Aferrado al brazo de su pareja, Kevin no paraba de contar cualquier cosa que le había pasado en los pocos días que no se habían visto y pensaba que Julián lo escuchaba atentamente al tener sonidos que le daban a entender que le estaba prestando atención, claramente a los ojos de Kevin era así, sin imaginarse que por la mente del argentino pasaban distintos pensamientos que lo hacían desconectarse del mundo.

—Y por eso el tío Javier terminó durmiendo con nosotros —concluyó Kevin su relato, soltando una pequeña risa por lo chistoso del asunto. Notó que su novio no respondió, solo caminaba sin rumbo y eso lo preocupó. Se detuvo, pero Julián no lo hizo, obligando a afirmar su agarre y que su pareja reaccione. —Juli, ¿estás bien?

—¿Qué pasa? —preguntó desorientado.

—A tí. Estás... Distraído, ¿pasó algo? —Kevin notó a su novio tragar grueso y pararse justo frente a él, sosteniendo el paraguas de manera torpe entre ellos logrando que ambos se mojen, pero eso no importaba en ese momento.

Al mexicano le entró la ansiedad de saber que tenía que decirle Julián, esperaba no fuese nada malo, esperaba que su novio estuviese bien, él se encontraba perfectamente al inicio de su salida, siendo tan perfecto y encantador que jamás pudo sospechar que algo le estaba ocurriendo, esperó pacientemente a que Julián dejase de tocar su nuca y hablara con él, ahí en medio de la acera bajo las gotas de lluvia que caían con intensidad.

Pero notó a su novio muy incómodo y trató de entenderlo.

—Está bien si no quieres decirlo, solo dime si es muy grave o si te sientes muy mal, yo me quedaré contigo.

—No, debes saberlo, yo no puedo seguir ocultando esto —la mirada triste que le dedicó Julián lo alarmó y frunció sus cejas en confusión—. Nosotros no podemos seguir juntos.

Kevin se paralizó, inconscientemente dió un par de pasos hacia atrás, alejándose de Julián y estando totalmente expuesto a la lluvia. De su boca solo salió un corta risa nerviosa, no había gracia en ella pero fue su manera de salir de su trance.

—No juegues conmigo así, Julián. ¿Por qué? ¿Qué... sucedió? Yo... —las palabras se atoraron en la garganta del mexicano, se calló porque no tenía idea que decir, su garganta dolía mucho al tener ese nudo conocido en ella.

—Siento que vos y yo ya no somos lo mismo de antes.

—¿Qué dices? Yo te amo, Julián.

—Pero yo a vos... Ya no, lo lamento mucho, Kevin. Yo pensé que podría volver a sentir lo mismo por vos, pero no pude, soy un idiota y no te merezco —Kevin no podía mirarlo a los ojos, sentía que se quebraría con solo levantar su mirada. Julián siguió hablando—. Creo que también debo decirte que estoy conociendo a otro chico, lo mejor sería dejarlo hasta acá.

Kevin sintió su mundo derrumbarse, solo pudo decir una palabra—. ¿Quién?

—Es mi culpa, debí hacer esto mucho antes, vos no te merecés lo que hice —Julián apretó sus labios y fijó su mirada en Kevin, notando que se estaba empapando por completo, extendió su mano y trató de cubrirlo con el paraguas, lo que no esperaba era el manotón que le dió el mexicano en su agarre, logrando así que Julián suelte el paraguas y este salga volando, con ayuda del viento, hacia la calle.

A ninguno le importo seguirlo, tampoco le importó al mayor dejarlos a ambos sin protección y simplemente queriendo que todo eso acabase ya.

—Kevin, lo siento mucho.