Capítulo 5: Phoenix y Shang se enfrentan a la realidad

21 9 65
                                    

Phoenix y Shang se enfrentan a la realidad a la mañana siguiente, cuando Phoenix acepta la oferta de mudarse con Shang y Tlau, y al mismo tiempo Shang recuerda que tienen una buena montaña de deberes y que se han pasado todo el fin de semana sin h...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Phoenix y Shang se enfrentan a la realidad a la mañana siguiente, cuando Phoenix acepta la oferta de mudarse con Shang y Tlau, y al mismo tiempo Shang recuerda que tienen una buena montaña de deberes y que se han pasado todo el fin de semana sin hacerlos.

Deciden ir primero a por las cosas de Phoenix, pues se muda con tanta frecuencia que intenta mantener una cantidad mínima de cosas y sería una operación rápida. Aún así, dan varios viajes hasta llenar la furgoneta.

—Ya solo queda una maleta, podéis quedaros aquí mientras la bajo —dice Phoenix. Tlau y Shang asienten y se quedan dentro de la furgoneta mientras ella sube.

—Oye, ¿y tu dedo? —le pregunta Tlau. Shang recuerda entonces la quemadura del día anterior, porque ese día no le ha molestado en ningún momento. Se mira el dedo y levanta una ceja.

—Pues parece que está bien, como si no le hubiera pasado nada, mira. —Shang le muestra el dedo a Tlau y piensa en qué ha podido pasar para que una quemadura así haya desaparecido de la noche a la mañana.

De la noche anterior a esta mañana solo ha pasado una cosa.

—Hostia, Tlau.

—Esa boca.

—No, Tlau. En serio. Creo que sé por qué se me ha curado tan rápido.

—A ver, ¿por qué?

—Anoche me dio insomnio y fui a dormir con Phoenix porque no estabas.

—¿Tengo que preocuparme?

—¡Tlau! ¡Por Dios, no! Solo estuvimos hablando.

—Ajá.

—Que sí. De un novio que tuvo una vez.

—Hm... no te sigo, ¿qué tiene esto que ver con tu quemadura?

—¿Me quieres dejar terminar? Estaba llorando, ¿vale? Y le limpié una lágrima con este dedo —dice. Tlau se queda mirando su pulgar, procesando la información—. Y las lágrimas de fénix son...

—Curativas —murmura elle—, lo sé.

—¿A ti te parece una prueba...?

—¿Contundente? De sobra.

Escuchan la puerta trasera de la furgoneta cerrarse y se miran con cara de circunstancias.

—Llamo a Rasu en cuanto lleguemos a casa —dice Tlau en un susurro. Al segundo aparece Phoenix.

—Uhm... creo que no quepo atrás.

—No importa, Shang puede apretarse un poco. —La chica abre la puerta y se hace un lado para que Phoenix pueda sentarse junto a ella. Se abrochan el cinturón y Tlau pone la furgoneta en marcha.

Cuando llegan, les espera otro buen puñado de subidas y bajadas. A Tlau y Shang no deja de sorprenderles la cantidad de cajas que Phoenix es capaz de cargar en un solo viaje, aunque bueno, dada la confirmación, tiene sentido. Dicen que los fénix son muy fuertes. Shang traga saliva al pensarlo. Mientras ella ayuda a Phoenix a colocar cosas en la habitación, Tlau le dice con una señal que va a llamar a Rasu. Ella asiente, pero se le revuelve el estómago.

Plumas Extintas: El Fuego y La Lluvia [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora