Capítulo 1 - La promesa

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Una hermosa mañana en Midvale una pequeña rubia de 5 añitos se colocaba su mochila y su gorrito lista para salir.

-¿Kara no se te olvida nada? Recuerda que una vez en el coche no podemos regresar.

-No mami – le mostro su dulce sonrisa sin el dientito inferior y con los ojos azules mas hermosos que el mismo océano.

-Bueno pues entonces vámonos que tu hermana también esta lista – le dijo mientras le acariciaba su naricita.

-¿Hey Kara no se te olvida algo? – Le pregunto Alex su hermana de 16 años

-No Alex, ya tengo todo en mi mochila – se giró para mostrársela

-Pues yo veo algo que se te olvida – le señala con los ojos, y Kara voltea a ver.

-¡¡Las Floles!!! – corre rápidamente a buscarlas, un ramo de flores de papel que hizo en el kínder, ya que las flores tenían un propósito importante – ¡Fiu! Pol poquito... Gracias Al – Le lanza una tierna sonrisa.

-¿Para qué son las flores Kara? – Pregunta Eliza su madre

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-¿Para qué son las flores Kara? – Pregunta Eliza su madre.

-Son pala Lena – Le dice con su cara rojita y una sonrisa tierna.

-Ya veo, le van a gustar mucho de seguro – Le dijo su madre con una sonrisa, por la ternura de su hija menor.

-¿De veldad lo clees? – Le pregunta ilusionada.

-Claro corazón, a Lena le gustan mucho las flores... y más si tú se las regalas – le guiña el ojo y Kara se entusiasma – Pero bueno vámonos que Lena te esta esperando, y no queremos hacerla esperar ¿cierto?

-¡Cielto! – Kara Corre apurada al coche y cuando ve que esta cerrado corre de regreso a buscar a su mamá y su hermana - ¡Apulense! ¡Lena me espela! – Les dijo mientras las empujaba hacia el coche y ambas se reían de las ocurrencias de la pequeña.

-¡Ya vamos Kar! ¡Tranquila!, no es necesario empujarnos – Le dijo Alex mientras se reía.

-jajajaja, si tan solo así se levantara para ir al Kínder – dijo Eliza.

En el camino Kara iba apurando a su mamá para que fuera más rápido y llegaran con Lena, una pelinegra con el cabello más bonito que había visto y unos ojos verdes tan brillantes como las joyas que vio en la tele, era tan bonita que parecía una princesa salida de los cuentos que su mamá le contaba.

Una vez llegaron a la casa de los Luthor la pequeña rubia espero a que su hermana le desabrochara el cinturón para poder bajarse del coche y salir corriendo a la puerta en busca de Lena.

-¡No llego!

Kara se quejaba al no poder alcanzar el timbre e intentaba dar brincos para alcanzarlo hasta que su mamá llego a su lado y la alzó para que pudiera tocarlo.

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