Ecos en demencia - Lorelai

92 9 3
                                    

Daba comienzo su séptimo día de internamiento en "el corredor de la muerte" Del centro de retención de Death Horse, Lorelai despertó con los cegadores rayos de sol que se colaban por los barrotes de la pequeña ventana cuadrada, que no debía ocupar más de 20 centímetros el amanecer entre esas paredes solitarias con un aura de abandono y desasosiego era gélido y el sol comenzaba a surgir en el horizonte,

La rutina en la prisión comenzaba temprano el reloj redondo colgado al final del Pasillo marcaba las 6:15 AM, en aquel desolado paisaje desértico las temperaturas sufrían una enorme fluctuacion con el transcurso del día y podían pasar de unos 2 o ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La rutina en la prisión comenzaba temprano el reloj redondo colgado al final del Pasillo marcaba las 6:15 AM, en aquel desolado paisaje desértico las temperaturas sufrían una enorme fluctuacion con el transcurso del día y podían pasar de unos 2 o 3 grados al anochecer hasta los abrasadores 46° al medio día, se esparcía la creencia popular de que si se dejaba una pieza de carne en una sartén recibiendo constantemente el implacable calor del desierto al caer la tarde estaría completamente cocinado,

La cárcel era tan silenciosa que aveces sentia cómo si estuviera sola en aquel lugar, no era ni remotamente parecido a las atrocidades y el excelso sufrimiento que por desgracia vió con tan solo 16 años estando en el hospital psiquiátrico, el ala este de aquella prisión de máxima seguridad que estaba reservada para los presos con temperamentos violentos asesinos en serie que cumplían cadena perpetúa y evidentemente los reos con una condena a muerte en sus espaldas y por un mal chiste que le jugó el destino ella había terminado en ese reducido y tremendamente desfavorecido ultimo grupo, su familia había intentado hacer Apelaciones que la favorecían o investigando reformas o nuevas leyes en el Código penal que pudieran ayudarla, a veces en esas torridas tardes en las que el bochorno era tal que no quedaba de otra que quitarse aquel desagradable uniforme naranja que los identificaba como tal, lo único que se escuchaba en todo el pabellón era el sonido de las agujas de aquel reloj colgado en la pared contando minuciosamente los minutos y los segundos, como si de algún intento muy cruel de humor negro se tratará,

El Guardia de turno comenzo a rondar el pasillo y paso su porra por los barrotes de las celdas para despertar a los somnolientos presos, se volvió a mirar en el espejo de su celda hecho de Vidrio templado para evitar que en un intento de suicidio los presos lo rompieran para mutilar o rajarse el cuello, pudo notar en su reflejo el estrés y el sufrimiento amén de la tristeza de estar lejos de su familia que para ella eran los únicos que importaban y de los únicos que seguramente la quisieran y aceptaran, ella ahora una joven de 28 años también tenía sus propios problemas antes de su desafortunada sentencia, ella padeció desde los 12 años un meduloblastoma un tumor que comienza en la parte trasera del cerebro y va progresando y esparciéndose por en líquido cefalorraquídeo, se lo detectaron porque su madre comenzaba a notar cosas inusuales en su hija, dolores de cabeza repentinos, vómitos inexplicables, dificultades con el habla, cambios de personalidad y tardaba más de lo normal en recomponerse de enfermedades comunes como resfriados, la situación fue demasiado lejos cuando toda su familia estaba de compras en un domingo del 2007 en el mercado y de pronto Lorelai comenzo a tener un comportamiento errático y decía tener visión doble y ver distorsionada la realidad de su entorno se llevó los dedos a la nariz los cuales estaban cubiertos de sangre esta estuvo observando sus dedos manchados de sangre durante unos segundos ignorando a su hermana gemela Jolene que le decia en un tono histérico,

El Bosque Prohibido - Zoophobia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora