Todo lo que te dije no fue mas que un consejo

Nada es como solía ser

Hola, esta es mi historia, padezco un trastorno llamado esquizofrenia y no se si es por las voces o por las visiones, pero la gente me ve de distinta manera. Si es cierto que a veces hago cosas raras por decirlo de alguna manera, pero lo hago para que los demás vean la realidad que tienen delante y no esas pajas mentales que tienen en la cabeza sobre la vida, todos la ven como preciosos campos de flores, arcoíris y cuentos de hadas con su final feliz, pero lo que realmente tienen en fren te de sus narices es completamente distinto.

Al fin y al cabo, he aprendido a convivir con mis voces y a sacarles algo de provecho, aunque no siempre pueda ser para bien, pero algo es algo. Al principio piensas "va esto lo supero yo con los ojos cerrados", pero esa idea se consume casi en el mismo momento que la piensas, es difícil ignorar las voces, porque cuanto más pasas de ellas más fuertes se hacen.

Llevo cinco años conviviendo con ellas, eso quiere decir que llevo cinco años siendo un bicho raro para esta sociedad que solo se centra en buscar la perfección de uno mismo y criticar la que tienen en frente. Al final uno piensa en que no son más que cuatro idiotas y no merece la pena prestarles

atención, pero quien seré yo para decir cómo tiene que ser una persona si al final todos acabamos del mismo modo, atrapados en un agujero sin fin del que no podemos salir.

Mi madre siempre me decía –. "Hija tu eres perfecta tal y como eres". Sus palabras no le sirvieron de nada porque tres días después la vi en la bañera muerta, se había cortado las venas. Mi mente estaba en shock no sabía cómo reaccionar, eso significaba que ahora era huérfana. Justo en el mismo momento en el que lo pensé aparecieron las primeras voces. Me decían que hiciera lo mismo, que me acurrucara en su regazo y me cortara las venas. Cuando me quise dar cuenta estaba en la bañera tal y como me dijeron aquellas voces, no me dio tiempo a levantar aquella cosa cortante que tenía mi madre en la mano porque cuando logré arrebatárselo de las manos, entraron un grupo de personas que me agarraron con fuerza y me llevaron a una especie de casa con habitaciones acolchadas. Pase allí dos semanas hasta que una familia me acogió como a una más, cosa que me extraño "¿Quién querría a una persona con problemas mentales? "

Nunca entendí porque lo hicieron, pero solo lo hicieron y ya esta.

Un día después de volver de mi escuela encontré a mi hermano hurgando en mis cartas, le aparte de ellas y le eche del cuarto. Él se tiró al suelo, se mordió el brazo y antes de comenzar a llorar me dijo. - "No hay nadie que pueda suplantarme, y menos una niña como tú, rarita y con problemas mentales"

Después de decirme todo esto, comenzó a llorar lágrimas de cocodrilo, al escuchar esto, mi padre entro en el cuarto como una bala y sin preguntar nada de lo que había sucedido me soltó un manotazo en toda la cara y me grito que como me volviera a acercar al niño, lo próximo que haría sería peor. Las voces volvieron a sonar en mi cabeza, pero esta vez me decían que ahogara al niño, las ignore y no porque me pareciera mala idea sino porque si lo hacía tendría que vérmelas con su padre.

Por todo lo que paso se me olvido recuperar la carta que había cogido ese niño mimado. Me pare a pensar cómo podía recuperarla, no iba a dejar que ese niño malcriado se saliera con la suya. Bajé lentamente las escaleras y me dirigí al salón, y efectivamente, allí estaba el con la carta en las manos dispuesto a abrirla, me dirigí hacia mi padre, y con un leve toque en el hombro, se dio media vuelta y con expresión de enfado me dijo- "Que quieres niña no ves que estoy viendo la tele, más te vale que sea algo urgente y no esas mierdas que se te pasan por la cabeza"

Le conté lo de la carta y supe que había cometido un grave error cuando se levantó del sofá agarro la carta de las manos del niño y la rompió en pedazos frente a mí. Me castigo sin cenar y me mando a mi cuarto mientras me gritaba que dejara de escribir gilipollezes y que, aunque escribiera lo que escribiera nunca le llegaría nada a nadie.