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Ahí estaban ambos, parados uno frente al otro sin saber específicamente como reaccionar, es decir, ¿Cómo esperas actuar después de que alguien que amaste durante años y conoces muchos más años te rechaza?, ¿Qué debía hacer?, ¿Estaba bien dejarlo pasar?, ¿Estaba mal dejarlo afuera?

¿Qué podía hacer?, Rápido tenía que pensar en algo antes de que le diera un ataque por sobre pensar ese asunto

Mejor dejame aquí afuera - volvió a hablar el de cabello blanco al ver cómo si amiga empezaba a tener una expresión algo preocupada y pensante - solo vengo a hablar y terminar en buenos términos - estaba preocupado si lo veía bien, ¿Por qué se deberá?

¿Buenos términos?, ¿Hablar? , ¿Sobre que hablarían?, ¿No habían quedado bien?, Solo más preguntas le invadieron la mente a la chica azabache que aún seguía sin reaccionar, ni una sola palabra podía articular en esos momentos

Así que solamente guardo silencio en espera a que el de ojos azules continuará con su charla, tal vez podría ser algo importante como para que le fuera a buscar, ¿No?

Es sobre tu salud, ¿Sabes a qué me refiero no? - habló de manera sencilla el chico mayor - no quisiera que te enfermeras, y aún que se que puedes salir sola de esto y rápido aún no lo desearía

Oh, ahora todo tornaba más sentido, era verdad, "Hanahaki", la enfermedad de los amores no correspondidos, ahí le tomo el sentido del porque a su preocupación, del porque ir a verle, del porque su charla en ese momento

Sabes bien que pasa si no se es correspondido, así que por eso vine a arreglar las cosas, a hablar de ellas - simplemente continuaba su charla con ese ceño típico de el cuando estaba preocupado -

No creo que haya que hablarlo - dijo la chica sin interés sobre eso, ya sabía las consecuencias de la enfermedad, sabía lo que provocaba y sabía la cura de ello - no es la primera vez que me pasará, puedo salir de esto

No puedes, sabes que necesitas ayuda, pídela, no te hagas la fuerte - su corazón nunca le ayudaba en esos momentos, el rogaba porque pidiera ayuda, se encogía porque le diera una salida más fácil aquel albino pero simplemente si cabeza no se lo permitía - no lo necesitamos, nosotros podemos con esto y con más

¿A quien quería engañar?, No podía, su corazón dolía y solo le provocaban lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento si el otro permanecía ahí

De verdad lo necesitamos hablar - insistió el otro queriendo dar soluciones para su amiga, bien sabía que era terca pero nada perdía con intentar -

No es cierto, estoy bien, ¿Lo ves?, Aún no acabo con mis cosas, ¿Puedes retirarte? - nuevamente negó a la ayuda de su amigo está vez pidiendo que se retirará de su hogar, por no decirle que de su vista -

Por favor, ocupamos hacerlo

¿Ocupamos o lo ocupas tu para no sentirte culpable de lo que me pase luego? - carajo, ¿Qué estaba diciendo ahora? -

No es así, necesito que estés bien, que tu salud no peligre por esto

No te preocupes, lo que me llegue a pasar no va a ser nada grave, ¿ahora sí te puedes retirar?, Estoy ocupada

Y antes de que el mayor pudiera contestar cerró la puerta, claro que el otro siguió tocando llamándole por su nombre para que le abriera pero no respondió a esos llamados, no podía hacer nada más así que con preocupación se retiró de la casa de la chica

Sus lágrimas finalmente se desbordaron de sus ojos hasta sus mejillas formando un camino húmedo por su rostro, iba a ser difícil verlo mañana en la escuela, le era más sencillo no ir pero ni quería arriesgar a que sus notas bajarán y le quitarán su acceso a la universidad































Reunió todas sus fuerzas para levantarse de la cama y empezar a asearse, hizo con prisa lo que siempre hacia en su casa y sin desayunar o comer algo simplemente se dirigió al transporte que siempre tomaba para llegar a su escuela

Ahí todo transcurrió con normalidad aunque no vio al albino, se le hizo algo extraño pero supuso que había sido por lo de la noche anterior, quizás le quería dar su tiempo

Se molestó con nosotros, ya no nos quiere volver a ver, nos está evitando - con esos pensamientos no se podía concentrar en la clase, por favor, trato de callarlos pero no podía - no podemos respirar, nos estamos ahogando, ¡respira!

De repente su garganta se cerró y luchaba por respirar, ¿Era un ataque?, podría ser eso, era común esa sensación de asfixia y ahogo, como si tuviera algo atorado que le impedía respirar, comenzó a toser en intento de liberar su garganta pero simplemente lo empeoró volviéndose una tos dolorosa con sangre, ahí fue cuando el miedo empezó a ser presente en el.

De esto se percataron los compañeros de su alrededor llamando con temor al maestro que se acercó rápidamente preocupado por la chica al ver que no podía respirar, fue tanto el miedo del menor que terminó por desmayarse sin saber que paso realmente después de eso, todo había pasado tan rapído.


































Al despertar pudo percatarse que estaba en la enfermería, eso le alivio un poco pues no estaba en peligro según el, se sentía más seguro ahí. La enfermera encargada llegó a revisarlo al notar que despertó el chico, un par de palabras anotó en la pequeña libreta de recetas, genial, tendría que ir a la farmacia seguro

Tienes un caso - respondió la enfermera con notoria preocupación - No puedo hacer nada respecto, lo siento, solo te puedo recetar algo para calmar los dolores.

¿Tan rápido?, Pero si en la mañana estaba bien, no tenía nada y podía respirar con normalidad, observó los escasos pétalos en la bandeja mezclados con su propia sangre y algo de saliva, eran pocos como para ser algo avanzado pero sin duda se había sacado un buen susto.

Lo mejor será que vuelvas a casa, no sería bueno que te volvieras a desmayar en la escuela - esta vez comenzó a anotar en una hoja el permiso para que se fuera a casa mandando con la misma los medicamentos para el dolor - tomate unos días de reposo en casa, trata de distraerte lo más posible y olvidar eso, es un consejo inútil pero no hay más que podamos hacer





























































❁ Hanahaki ❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora