Lágrimas de Sangre

Capítulo 1

Todo es triste.
Ojalá fuera todo mentira.
Ojalá fuera todo tan fácil como chasquear los dedos y que todo volviera a la normalidad.
Ojalá, ojalá, ojalá...
Ojalá en esta vida todo fuese un poco más fácil.
Toda mi vida he pensado que mi vida era una mierda pero me he dado cuenta de que haun no lo era.
Hasta hoy.
Hoy ha sido el día en que mi vida ha cambiado, y no para bien.
Hoy que tenía que ser el día más feliz de mi vida, ha sido el más triste.
Llevo horas llorando, o puede que más, ya ni sirve de nada contarlas porque se que no me sentiré mejor.
Porque lo peor que me podía pasar era perder a mi familia.
Y eso es lo que ha pasado.
Todo empezó con que era mi cumpleaños, teníamos planeado ir a un sitio en medio del bosque para celebrarlo y así lo hicimos. Lo que pasó es que a la vuelta estabamos hablando de lo divertido que había sido y de que lo teníamos que volver a repetir algún día cuando pasó un ciervo y tuvimos el accidente.
Ya no podríamos repetir nunca más porque ellos ya no estaban.
Mi hermana pequeña...
Mi hermana gemela...
Mi padre...
Mi madre...
Estaban todos muertos.
Y yo ya no podía hacer nada para salvarlos.
Daría lo que fuera para que ellos estuvieran vivos en vez de yo.
Porque llevo horas pensando que porque fui yo la única que sobrevivió, el porque y el y si...
Porque, y si hubiéramos salido antes, tan sólo cinco minutos antes habría pasado lo mismo?
O si hubiera enfermado antes de irnos que habría pasado?
Todos me dicen que no piense en eso y que como mínimo yo había salido ilesa, solo con un rasguño en el brazo, pero y mi familia que? Ya ni importaban? Ya no eran sus familiares? Y si les hubiera pasado a ellos, no les gustaría que pensaran en ellos? Porque todos y digo todos menos mi prima Adriana y mi abuela era como si se hubieran olvidado de mis padres y mis hermanas. Y eso me dolía en el alma. Porque yo me los había querido muchisimo y ellos solo pensaban en que habían tenido suerte de que no les hubiera pasado a ellos. Porque también les hubiera podido pasar a ellos, pero el destino tenía sólo en mente matar a mi familia más cercana. Mañana sería el funeral, y me tendría que ir a vivir con mi abuela y con mi prima Adriana porque ella quería estar conmigo cuando empezara una nueva vida. Y lo haría con ella. Mi abuela vive en Peratallada, un pueblo que estaba cerca de la Bisbal d'Empordà. Yo hasta ahora había vivido en Barcelona pero me tendría que acostumbrar a vivir en un pueblo pequeño y iría al Instituto de la Bisbal. Que divertida puede ser a veces la vida verdad?
De pronto alguien abre la puerta y veo que es Adriana.
-Estas mejor? - me pregunta con dulzura -.
-Lo estaré
Le respondo con un suspiro aún con lágrimas en los ojos.
-Me puedo estirar un poco contigo? - yo le hago un hueco y ella se estira conmigo - vamos a dormir un poco y mañana iremos al funeral y luego a casa de la abuela.
-Vale
Y así fue como nos quedamos dormidas hasta el día siguiente.

Quando me desperté no sabía que había pasado. Me dolía la cabeza y recordaba algo de una pesadilla.
Me di la vuelta y vi a mi prima que me miraba con una sonrisa en la cara.
-Carla, he visto que tenías una pesadilla, estas bien?
-Eh? Si si - le dije aún medio dormida - ahora tenemos que ir al funeral no?
-Si, vamos a ponernos algo negro.
Me probé como mínimo diez conjuntos diferentes y todos eran negros. Y yo que pensaba que no tenía ropa negra, ahora veo que me equivocaba. Al final me decidí por un vestido un poco ajustado negro.
Nos fuimos de casa a las 11 porque el funeral era a las 11:30 y teníamos que estar allí un poco antes.
-Carla - me di la vuelta al reconocer la voz de mi ex que ahora éramos amigos - lo siento mucho, te irás de Barcelona?
-Si, me voy mañana pero algunos días te vendré a visitar.
-O yo a ti - me sonrió y yo le sonreí de vuelta- y también nos llamaremos verdad?
-Claro, como lo dudas? - le pregunté burlona - bueno, te quedaras conmigo durante la ceremonia?
-Si me dejas, si - lo abracé fuerte y empezé a llorar - no llores pequeña.
-Esque los echo mucho de menos y no se que hacer para que el dolor se vaya de mi pecho.
-Tranquilizate, respira. Inhala, exhala, inhala, exhala - empezé a hacer lo que me decía y poco a poco fui tranquilizándome - ya está.
- Gracias
- De nada - me dijo con una sonrisa sincera - te extrañaré muchisimo.
Me estrujó contra él y yo le correspondí.