death in the spotlight

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Su rostro pálido y ojos inexpresivos trataban de entender ¿Por qué los asientos del teatro estaban vacíos? ¿En qué momento se había puesto su traje? ¿Cómo fue que llegó exactamente al escenario, si apenas hace unos momentos estaba en su camerino? ¿Dónde estaba su equipó? ¿Por qué de repente se sentía tan raro? Pero lo más importante ¿Por qué no recordaba nada? Giró su rostro en busca de más explicaciones y al parecer fue una buena decisión ya que el chico que había conocido esa mañana estaba parado justo enfrente suyo, estaba estático y sin hacer ningún movimiento igual como esa misma mañana cuando ambos conectaron miradas después que el guapo pelinegro lo hizo caer, una extraña felicidad lo abordó y podía decir que era extraña porque estaba revuelta con un vacío, ambos daban vueltas en su pecho ahuecandolo sin darle tregua, sin embargo no le dió importancia y ¿cómo darle importancia si la persona que te había flechado hace unas horas atrás estaba justo enfrente de ti? Decidió acercarse a pasos lentos que en en cuestión de segundos se hicieron rápidos cuando observó al pelinegro retroceder con torpeza y correr a dirección contraria a él ¿Qué pasaba? ¿Acaso él había malinterpretado la hermosa mirada que ese chico de piel pálida le había obsequiado? ¿Se veía feo? ¿O que había hecho mal para que lo mirara con ese terror en sus hermosos ojos negros?

Esos preciosos ojos miel que hace una hora brillaban cual amanecer ahora se veían sin expresión y vacío, el brillo se había convertido en una manta opaca que los cubría en su totalidad, cuando su cuerpo giró por completo dándole su frente Yoongi observó aquél horrible orificio que atravesaba la tela y su abdomen exponiendo la sangre que había expulsado manchando su pulcro traje blanco, llegando la enorme mancha hasta la mitad de sus muslo; observó cómo el fantasma lo analizó con detenimiento hasta que una sonrisa se formó en sus labios mostrando sus blancos dientes, era la misma sonrisa que le había obsequiado la última vez que lo vio, era tierna y dulce pero está a pesar de haberla ejecutado de la misma manera se veía tétrica y fría; el ambiente comenzó a sentirse pesado, un frío le calaba los huesos escalando por su columna erizando cada vello de su cuerpo, él estaba acostumbrado a mirar en escenas de crimen las almas de las personas que sufrieron el mismo terrible final que Jimin, solo que está vez no entendía porque se sentía tan ensimismado, tan asustado y tan triste; sus sentimientos estaban enredados, desgraciadamente todo se vino abajo cuando el chico comenzó a avanzar a su dirección
la respiración comenzó a faltarle eso significa que la presencia de Jimin ahí era demasiado fuerte, su alma estaba robando parte de su energía y si no se iba pronto podría pasar algo que se arrepentiría más tarde. Comenzó a retroceder lentamente y el rubio al notar eso aumentó la velocidad de sus pasos en el aire, comenzaron una persecución entre los pasillos que conducían a los camerinos y cada que volteaba Jimin le iba pisando los talones, asustado era poco, estaba entrando en pánico, el haber nacido con un don fuera de lo común hizo que con el pasar de los años tuviera cierta experiencia con ese tipo de situaciones y de antemano sabía que algunas almas podían cambiar y ser violentas, o aún peor trataban de parte de su cuerpo y el podía quedar perdido en el limbo y era exactamente lo que quería impedir, no tenía idea de cómo se comportaría Jimin y el terror aumento más gracias a que había llegado a una parte donde no había salida más que el mismo camerino dónde se encontró con el rubio, volvió a entrar cerrando la puerta tras sus espaldas, su miedo era tan grande que trato de esconderse estúpidamente entre un perchero con abrigos y el tocador invadido por la oscuridad rezando entre sus adentros, no obstante la habitación al igual que el escenario se había convertido en una cabina de hielo, cerró sus ojos conteniendo las lágrimas y esperando no encontrarse con el fantasma del que antes era el bonito rubio; unas frías manos tomaron su rostro acariciándolo con los pulgares, despacio abrió uno de sus ojos encontrándose cara a cara con él.

Cuando tomó el suave rostros del contrario uno de sus ojos se abrieron lentamente, como si deseara que él no estuviera ahí tocándolo ¿Por qué los brillantes ojos de su pelinegro estaban acumulando finas lágrimas? Arrugó con preocupación su entrecejo y con suma delicadeza pasó su pulgar por su pómulo tratando de limpiar una lágrima que había caído, sin embargo la lágrima resbaló a pesar de haberla tocado.