'Los placeres de Aria '

Capítulo 58

Pensó que era por el estrés que no, quería creer eso. Aria pensó impotente, tirada en el piso del baño. Ni siquiera sabía lo molesta que estaba, ni la energía para mover un dedo.

Fue solo que, como de costumbre, mientras comía la comida que trajo la criada, de repente se sintió disgustada y al mismo tiempo enferma y con náuseas.

«Si es un problema, probablemente sea mi cuerpo, que hace casi tres meses que no hago nada».

Aria, que se levantó tambaleándose de su asiento y se limpió los labios, jadeó y respiró hondo. Luego bajó lentamente la mirada y se quedó mirando su estómago. Miró su estómago plano por un momento con sus ojos desenfocados y pensó con una sonrisa.

«No será... Papá dijo que la familia real no tiene hijos. Entonces no será. No debe ser».

De repente, recordó una reunión en la que había estado una vez en el pasado, pero negó como que no fuera. No quería que Kalius la atrapara de esa manera.

«Y si... Si el embarazo es realmente correcto... ¿Significa eso que uno de ellos no es de la familia imperial? Entonces quién...»

-Jajaja... jajaja... aaah.

Aria se encogió de hombros y sonrió. Esa risa fue tan extraña. ¿Cuánto tiempo más había resonado una risa tan espeluznante en el baño? Su expresión, que había estado sonriendo durante un tiempo, se endureció en un instante. Entonces una vulgar palabrota fluyó de sus dientes.

-... Mierda.

«¿Simplemente moriré? En el mejor de los casos, traté de alejarme de él y encontrar una nueva vida. El destino me trae esta desagradable noticia, como si se burlara de mí. Sí, creo que sería mejor morir. Una hija que se quitó la vida sosteniendo a su propio hijo.

Ahora que lo pienso, no existe tal cosa como esto».

De repente, se miró en el espejo y vio su rostro delgado. Era feo y en mal estado. Fue sorprendente lo mucho que Kalius confesó su amor después de ver eso.

Incluso el momento en que Kalius le confesó su amor y le suplicó fue perfecto.

«Siempre es así. Siempre estoy andrajosa y desordenada, pero él siempre es brillante y agradable. Ahora quiero salir de esa asquerosa rutina enferma y cansada».

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Dado que no hubo un diagnóstico de un doctor, era imposible saber con certeza si estaba embarazada o no, pero Aria estaba prácticamente segura. Debe haber sido porque el olor de la comida que entraba en el dormitorio era intenso, y los cambios en su cuerpo eran evidentes incluso cuando ella mismo lo sentía, como quedarse dormida o pensar en comida que nunca antes había comido.

Después de tragar apenas el jugo de naranja, Aria suspiró y se recostó en el respaldo de la cama. Entonces, la sirvienta a su lado preguntó, examinando lentamente sus ojos.

-Princesa, ¿Se siente mal en alguna parte?

En ese momento, Aria agarró su cabello ardiente y arrugó la frente.

No quería que Kalius sepa del presunto embarazo... Vomitó con solo mirar la comida, por lo que era evidente que la criada estaba pensando algo extraño.

Después de llegar al gran ducado, Ira siempre estuvo a su lado y la cuidó, pero su dueña no era Aria, sino Kalius, y Aria estaba al tanto de ese hecho.

«Si mi papá se enterara de que estoy embarazada».

Era obvio que trataría de sostener al niño como excusa. Ya le latía la cabeza. Aria apenas vació un vaso de jugo de naranja y echó a la criada. Necesitaba tiempo para organizar sus pensamientos y tomar un descanso esperando que la sirvienta no se apresure a hablar con Kalius sobre su condición.