'Los placeres de Aria '

Capítulo 63

Lo que se esconde detrás de la esperanza.

—Es demasiado repentino.

Las palabras de Gosén resonaron en la oficina. De cualquier manera, Kalius no tenía intención de retirar sus pensamientos. Le dijo a Aria que fueran al Sur la próxima semana, así que iba a cumplir esa promesa sin importar nada. 

Desde ese día, Aria ha estado tomando medicina además de alimentos. Por supuesto, tuvo que alimentarla con sus manos para que coma algo, pero era completamente opuesto a lo que fue hace un tiempo, cuando insistió en que no comería aunque muriera. Como tal, Kalius no tenía intención de no ir al Sur. 

Porque lo más importante para él en este momento era Aria. 

¿Cuándo fue? En algún momento de su vida, el trono dejó de ser importante. Sin embargo, sin siquiera darse cuenta, Kalius estaba ocupado organizando el Gran Ducado para Aria. Con solo mirar el pasillo de la mansión en ese momento, la cantidad de empleados se redujo notablemente. 

—Incluso si es repentino, no puedo evitarlo. No tengo intención de cambiar mis planes. 

A Gosén ya no le disgustaron las palabras resueltas. Debido a su extraña actitud represiva, Kalius decidió ocultar su destino final incluso a Gosén. 

Ahora, incluso los Caballeros, que eran nada menos que el último poder que le quedaba, comenzaron a prepararse para la limpieza final. Si se despedía de todos los Caballeros del Gran Ducado, ya no sería posible entrar en una guerra total con Azecris. Era como huir desnudo para evitar a un enemigo fuertemente armado. 

Tal vez por eso Kalius resolvió todas las demás cosas rápidamente, pero los Caballeros finalmente estaban en espera. 

«Pero tendré que arreglar esto también». 

Sería mentira si no quedaran remordimientos. Pero por el contrario, también se sintió inquieto. Porque lo que le había estado frenando durante mucho tiempo estaba siendo borrado. 

Con eso en mente, Kalius no se demoró más y los Caballeros Templarios también comenzaron a organizarse poco a poco.

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Como para demostrar que el dicho de ir al Sur no son palabras vacías, en los últimos días se había producido muchos cambios en la residencia del Gran Duque. Era difícil darse cuenta desde el exterior, pero Aria por dentro sentía ese hecho más cerca que nadie. Era una sensación diferente a cuando lo escuchó vagamente. 

«De verdad... ¿Podemos ir al sur así tan pacíficamente?»

Aria se apoyó en la cama y acarició suavemente su estómago. En ese vientre realmente estaba el hijo de Kalius. 

Al principio no quería... La reticencia disminuyó un poco ante la palabra de ir sólo al Sur. Ahora, más que a sabiendas estaba dibujando el futuro de los tres.

«¿Es una niña o un niño?»

Lamento haberle dicho palabras duras al bebé hasta ahora, así que Aria estaba tratando de abrir su corazón poco a poco, aunque fuera con retraso. 

~... Lo siento bebé —Aria murmuró en voz baja. 

Su voz era pequeña, pero su corazón era sincero. Entonces Aria se acarició el estómago durante mucho tiempo e imaginó el futuro.