Ya era de noche y la pequeña Gaia estaba jugando con su conejito de peluche en el corral mientras que tú estabas nerviosa por la llegada de tu esposo "¿Y si el no vuelve por su teléfono? ¡No! ¡Seguro que volverá!" Pensabas mientras caminaba de un lado a otro.
La puerta se escuchó abrirse a lo cual giraste para poder ver quién era y para tu suerte ahí estaba el,no tenía la misma ropa con la que se había ido y tenía cara de haber corrido una maratón.— Bienvenido Sr. Muller — hablaste con un tono algo molesto.
— Y/N ¿As visto mi celular? Creo que lo olvide aquí — lo menciono algo apresurado se veía que quería irse de ahí.
— ho...si,si lo he visto — tomas el celular que estaba en la mesa y lo arrojaste hacia el.
Lo había logrado atrapar cuando después de un parde minutos se dió cuenta que el celular mostraba el chat de la supuesta "Super chica".
— Y/N... ¿Que tanto viste? — pregunto algo nervioso.
— Las preguntas las hago yo Muller — dijiste mientras apoyabas tu mano en la mesa — ¿Quien es ella? ¿Alguna amiga?
— Eso no te incumbe — respondió en seco.
— Tu sabes exactamente cuál es la única regla en esta relación — la chica se cruzó de brazos — Saber de la existencia de nuestros amigos,nada más,además ¿Por qué de la nada estás tan nervioso por un simple chat? ¿Que me escondes?
— Tu no entiendes ¡NUNCA ENTIENDES! — El estaba enfadado y ahora se comportaba con agresividad.
— ¡TU ERES EL QUE NO ENTIENDE! ¡LO UNICO QUE TE PIDO ES UNA SIMPLE EXPLICACIÓN! ¿¡QUE HACES CADA VEZ QUE TE VAS Y NOS ABANDONAS!? — Las lágrimas comenzaron a brotar y cada vez te sentías más abrumada por el asunto.
— No voy a discutir esto contigo,mucho menos enfrente de Gaia — respondió arrojandote una mirada de odio y repudió — Lo que sea que yo haga no es de tu incumbencia.
El se dirigió hacia la puerta dejándote ahí,siendo un mar de lágrimas.
— Te juro que algún día te contaré todo y podrás entender — dejo cuando estaba por abrir la puerta — pero mientras tanto,por el bien de nuestra familia,esto se queda asta aqui.
Con eso la puerta se abrió dejando ver cómo tu esposo se perdía en la oscuridad de la noche.
Las maletas estaban hechas,no planeabas quedarte ahí de brazos cruzados esperando a que todo siguiera como estaba,una vida llena de engaños y mentiras y mucho menos planeabas que tú hija viviera en es ambiente.
Todo estaba listo cuando llamaron a la puerta y al abrir solo pudiste visualizar a un joven soldado.— ¿Señora Muller? Piers Nivans,es un placer — hablo con firmeza pero sin perder su sonrisa — ahí mucho de qué hablar.
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𝐑𝐎𝐒𝐀 𝐏𝐀𝐒𝐓𝐄𝐋!
Fanfictionaquel hombre que creíste conocer resulta no ser como creíste que era.