—¿Te han vuelto a llamar?
Crystal exclamó sorprendida, cerrando la tapa de su piano mientras observaba a Daniel tomar su mochila.
—Es sorprendente, si, parece que su hijo había sufrido un grave accidente y no fueron capaces de atender todas sus necesidades a la vez, las clases de piano de repente habían pasado a segundo plano... Y lo entiendo ¿sabes? debieron estar muy preocupados.
La hermosa joven asintió despacio, extendiéndole a Daniel un sobre azul.
—Gracias por las clases de esta semana. He mejorado mucho gracias a ti, eres un excelente maestro.
Daniel se sonrojó, le alegraba mucho cuando sus alumnos notaban su propio progreso, pero aun se avergonzaba cuando lo elogiaban de más.
—Aprendes muy rápido, eso hace que todo esto sea posible.—con un ultimo saludo abrió la puerta para irse.
—Dany, ¿aceptarás darle clases? Tal vez enseñar a un chico ciego no es tan fácil como parece...
El pelinegro lo pensó unos segundos, ciertamente enseñar a alguien con ceguera no era sencillo, pero sabía que el amor por la musica rompía barreras, incluso tan grandes como esa.
—¿Quien sabe? Podría convertirse en un gran concertista, uno del que esté orgulloso más que de mi propia habilidad... Haré lo que esté a mi alcance para ayudarlo, comunicarse no será difícil, y solo necesita sus dedos para tocar.
Daniel sonrió una vez más y se fue.
Recordó en el camino hacia la casa de la familia Hong, aquel día en que una sofisticada pareja lo había elogiado, aquel día en que le ofrecieron dinero a cambio de enseñarle clases de piano a su hijo, gracias a ellos su negocio había florecido y había podido ayudar a su madre a pagar una casa mejor y olvidar los problemas financieros, ellos le habían sugerido ser maestro, y estaba agradecido en gran medida, incluso si no pudieron contratarlo después de su oferta debido al accidente que habían sufrido, porque gracias a ellos había dado un paso muy grande.
Observó la mansión a lo lejos, desde la reja de entrada, tocó timbre y espero a que algún criado les abriera, en su lugar, la mismísima señora Hong lo recibió con una cálida sonrisa.
—¡Querido Daniel! Nos alegra tanto que hayas accedido a venir, ven, pasa rápido, mi hijo estará encantado de recibirte, tenemos mucho de lo que hablar, me alegra que finalmente todo haya tomado un ritmo adecuado, lamentamos tanto haberte hecho esperar tanto tiempo...
Daniel asentía tímidamente, la energía de esa mujer era estimulante, contagiosa, le hacia sentir bienvenido, incluso con su cabellera rubia bien cuidada y sus caro vestidos de diseñador, la mujer desprendía empatía y humildad, ellos eran tan diferentes, pero lo trataban como a un igual.
—Señora Hong, es un placer para mi aceptar su invitación, y me alegra saber que estan todos bien después de un evento tan terrible...
—Si...
El brillo en su mirada se apagó por unos instantes, Daniel se recordó no volver a mencionar el accidente sin una introducción apropiada, al parecer había sido más traumático de lo que pudo imaginar.
—Me gustaría conocer a Jay antes de aceptar su propuesta, si bien he ganado mucha experiencia en los últimos meses enseñando a otros chicos y chicas, nunca he tenido un alumno con discapacidad y... temo que nuestra comunicación no sea tan fluida como para hacerle entender los conceptos básicos, odiaría cobrarles por algo que no estoy tan seguro de poder lograr...
La mujer asintió comprensiva, peinando hacia un lado su cabello platinado mientras abría la puerta para hacerle pasar.
—Me enteré de que has conseguido alumnos, me alegra mucho saber que finalmente tomaste la decisión de convertirte en maestro, no era broma que vimos un potencial espléndido aquella tarde en la universidad.
Daniel agradeció en silencio, aceptado su invitación a entrar, en el recibidor se deshizo de la mochila y el abrigo, siguiendo rapididamente a la señora Hong hasta la sala de estar, donde estaba el señor Hong, y un hermoso piano de cola.
—Has llegado, Daniel, me alegra saber que lo estas considerando, ven toma asiento.
—Señor y señora Hong, he venido a conocer a Jay, para saber si puedo trabajar con el, sería un honor para mi intentarlo.
La pareja tomó asiento, para Daniel no pasó desapercibida la expresión preocupada de ambos, quienes se acomodaron antes de empezar a hablar.
—Verás Daniel, una dificultad más se ha sumado desde la última vez que te ofrecimos este trabajo...
El señor Hong sostuvo las manos de su esposa y continuó hablando.
—El accidente ha traído un terrible pesar para nosotros, no solo porque fue un evento difícil, sino porque debido a él...
—JaeYeol se lesionó, y perdió por completo su capacidad para hablar.
Daniel abrió los ojos como platos, conmosionado por la información repentina, no podía entender por qué el universo seguía poniendo a ese pobre chico en una tragedia detrás de la otra.
Suspiró algo dudoso, enseñar a una persona ciega no parecía un reto tan grande ¿pero ciego y mudo?
—Entendemos que este podría ser... un reto mayor, pero la vida de Jay se ha vuelto gris desde ese accidente, no sale de su habitación, no accede a pasar tiempo juntos, no nos ha vuelto a pedir libros de lectura, no ha vuelto a pintar ¡ni siquiera ha tocado de nuevo el violín! Estamos desesperados, creemos que las clases de piano pueden devolverle el espíritu, él era el más entusiasmado en todo esto...
La mujer rompió en llanto, y de repente el ambiente se había cargado de tristeza y tensión. Lo pensó, pensó seriamente en rechazar su oferta, no se sentía capaz de hacerlo.
—Yo...
El hombre lo miró expectante, como si de su respuesta dependiera su vida, Daniel se sintió presionado.
—Yo no conozco una manera de comunicarme con alguien como él.
La mujer saltó de su asiento.
—Oh, creeme que pensamos en eso, te conseguimos un maestro de dactilología, nosotros nos encargaremos de los gastos.
—Pero... ¿Su hijo estaría cómodo recibiendo clases de alguien que no tiene ni la menor idea de cómo comunicarse con él?
—¡Te pagaremos el doble! Jay no querrá otro maestro, si tu no puedes nadie puede hacerlo Daniel.
Daniel se encogió ante la oferta, de verdad era mucho dinero, de verdad lo necesitaba y ellos estaba ofreciéndole lecciones de dáctilo...dactilog... Lo que sea que hubiera dicho.
—Yo... Tengo que pensarlo. Aun así me gustaría conocer a Jay primero.
Yyyy, finalmente lo traje, un nuevo fic, para que cuando termine el otro no me extrañen jajajjaa, se que dije que pondría una votación, y al final me decidí por este, ya que no sabia como encarar mi otra idea, por lo que le daré tiempo para tomar forma. Espero que esta idea les guste y me acompañen aquí también! Gracias por leer, los adorooo!
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Tactile Fingerspelling • JaeSuk
FanfictionJay nació ciego y pudo salir adelante incluso con esta condición, por eso, cuando un accidente lo deja sin su hermosa voz, mantener el espíritu se vuelve más difícil. Daniel es contratado por el mayor de los Hong para darle clases de piano a Jay, pe...