Three

2 0 0
                                    

Abro los ojos y me doy cuenta que sigo en el mismo consultorio, pero está vez acostada en una camilla y con el mismo doctor —Que ahora sé que se llama Axel— Tarareando una canción de Imagine Dragons.

No conozco la canción ni al artista, pero eso fue lo primero que me vino a la mente y que se que es cierto, porque al instante Axel voltea hacia mí y sonríe.

—¿No te han dicho que es malo leer la mente de los demás? Porque es muy malo, tanto así que siento que puedo asfixiarte si quisiera —Me guiña el ojo y abro los míos—. Es broma, no quisiera matarte sabiendo que estás estrenando una parte de tu nueva vida.

—¿Nueva.. vida?

Ríe por lo bajo y señala una pantalla, dónde puedo ver mi perfil y mis datos.. personales.

—¿Qué..?

—Esta es tu vida, Alex, bonito nombre. Es de hombre pero que más da, es tuyo. En fin, cómo decía —Señala la pantalla con una regla —. Esta es tu vida, o lo que era tu vida antes de entrar a este consultorio, pues verás, milicia y armas es una institución especializada en.. bueno, la milicia, la vida militar, ya me entenderás.

«Lo que me parece sorprendente es tu actitud en este último año, ¿eh? No es que has sido la niñita mejor portada pero algo es algo, pero ¿Sumisa de alguien? —Me sonrojo y él niega lentamente con la cabeza —. Eso está mal, pero tranquila, ya me encargué que nadie sepa nada de eso, hasta ese tal Sam, que te violó literalmente esa noche, estabas borracha y vulnerable, no entiendo que le vistes —Hace una mueca—. Lo siento, me salí del tema, ejem, lo que te quería decir sobre Milicia y Armas es que es una institución preparada para cualquier ataque aéreo o terrenal, pero cualquier ataque, tu imagina cualquiera y aquí lo tenemos, o bueno, los capitanes, lo que te dí no era medicina, ups.

—¿Qué era eso? —Pregunto aunque no sé si quiera saber la respuesta.

—Digamos que, hace despertar tus sentidos y habilidades no desarrolladas por el cuerpo humano, puedes ser un arma humana dependiendo de cómo hayas vivido tu vida, pues, hace rato me has leído la mente y adivinaste como me llamaba.

—También.. Sé tu edad.

Parpadea y me mira, poco sorprendido.

—Bueno, soy un poco joven pero eso no se lo digas a nadie, ¿Eh? Que yo me encargué de limpiar tu reputación y levantar tu dignidad, jovencita —Guiña un ojo, coqueto.

Mirándolo bien es alto, un poco alto.. De cabello marrón oscuro y ojos casi blancos, esos ojos que cuando lo vi mi corazón se aceleró por terror, pero que ahora veo inofensivo, una bata de doctor blanca con negro y unos pantalones negros y zapatos del mismo color.

Me toca la mandíbula y levanto la mirada, viendo esos ojos.. extraños, puedo notar que uno de ellos tiene la pupila como una serpiente, me causa escalofríos y doy un paso atrás, él se cruza de brazos.

—Vaya, gracias.

—¿Gracias porqué? —Pregunto confusa.

El parece haber recordado algo y palidece, no lo entiendo por completo cuando señala nuevamente la pantalla, dónde veo.. ¿Mi cara?

El doctor se comporta demasiado extraño, y eso que no lo conozco lo suficiente para saber eso.

—Hey, ¡hey! —Capta mi atención y vuelve a señalar la pantalla, tenso.

Le prestó atención y vuelve a hablar:

—Se me había olvidado que olvidas la memoria, pero no importa, no tienes nada valiosa en ella, te lo diré todo de ti y me vas a decir cómo me llamo, ¿Vale?

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora