Capítulo 3: "Examen De Admisión"

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El suelo... Desaparece.

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-¿estoy en... Un hospital?

-¡doctor, recuperó la conciencia!

La voz totalmente reconocible de mamá parecía estar agitada, nuevamente me encontraba en un hospital de emergencia.

-Izuku Midoriya, ¿puedes escucharme?

-si... Supongo.

-escucha, sufriste de un corte vertical en la zona de tu espalda, provocada por un arma blanca, seguido de la pérdida de 3 dedos en la mano derecha. La pérdida de sangre se intensificó aún más cuando la herida de tu espalda se abrió. Una joven te encontró moribundo en el suelo. Quedaste inconsciente durante 1 día entero.

-así que eso pasó...

-por ahora, hay alguien más que quiere hablarte.

Un oficial de policía entró al cuarto y procedió a preguntarme por los hechos. Me límite a responder que no lo recordaba claramente.

-muy bien joven, gracias por su tiempo, si logra recordar algo seria de vital importancia que me lo haga saber, hasta entonces.

Me informaron que mamá estaba en una charla con el doctor o algo así, por lo que me encontraba solo en el lugar.

-no puedo creerlo...

No sólo perdí una batalla, dejé que me tratarán como a un bebé intentando de defender su paleta de un adulto. Y lo peor de todo es que sentí... Temor, un profundo terror, como si hubiera estado enfrente del más grande depredador alguna vez visto.

-¿hijo?

Dijo mamá, entrando al cuarto con cautela.

-hola mamá.

Ciertamente, mi voz se escuchaba con un tono de decepción.

-¿hay algo de lo que quieras hablar?

-quizá te lo explique en casa... Me siento algo extraño.

Sin poder evitar sonreír ante mamá, su sola presencia hacia más cálido el ambiente, al menos para mí.

-te escucharé con gusto, hijo.

...

El silencio rodeo el cuarto por unos cuantos segundos, siendo mamá quien acabó con el.

-el doctor dice... que probablemente tengas que descansar, un par de semanas, quizá hasta 1 mes, dependiendo como avance tu salud.

La sola idea de dejar el entrenamiento por 1 mes me ponía inquieto, mi cuerpo hervía por dentro y mis puños se cerraron inconscientemente.

-¡tranquilo! Apenas te recuperes me encargaré de que vuelvas de inmediato a entrenar, ¡cuenta con eso!

Exclamó con entusiasmo.

-gracias, mamá.

Respondí no muy convencido.

-por ahora, intenta descansar, ¿esta bien?

-lo intentaré, gracias, de verdad.

Después de algunos minutos se retiro, horas pasaron y procedió a anochecer, no pude dormir, nisiquiera mantener los ojos cerrados. Mi cuerpo parecía un caldero de agua hirviendo, que rezaba por que alguien lo apagará.

Sabia que mi imprudencia me había vuelto a meter en un lío. Mi cerebro lo sabía... Pero mi cuerpo no quería entenderlo.

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UNDERVERSE IZUKU "El Camino Para Ser Un Heroe" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora