Parpadeó antes de abrir completamente los ojos. Luego entrecerró los ojos para protegerse del sol, temerosa de que la cegara. Pero eso no era lo que estaba pasando, en realidad, sino todo lo contrario. El sol era un globo dorado posado en el cielo más azul, su brillo cálido pero nunca sofocante. Solo un ojo gentil que lo ilumina todo desde lejos. Lleno de brillo.
Lleno de paz.
No tenía idea de cuánto tiempo había dormido. Se sintió como mucho tiempo, pero también solo un par de segundos. La sensación era extraña y se sentó, sintiéndose, una vez más, como ella misma y no como ella misma a la vez. Las vibraciones resonaron en cada célula de su cuerpo, se dio cuenta de que había estado acostada en un campo. Bajo la palma de sus manos percibió la sensación húmeda y fresca de la hierba, y al mirar hacia abajo también notó su color. Era más verde de lo que podía recordar.
Entonces su mirada se posó en el amarillo resplandeciente que la rodeaba. Un montón de girasoles, sus pétalos intensos en su tono azafrán, sus hojas erguidas y orgullosas. Una vez más, verde, más verde, más verde. El viento movía perezosamente esa inmensa e interminable superficie dorada, haciendo que pareciera que podía respirar por sí solo.
Inhala exhala.
Ahora que lo vio mejor, ni siquiera era un montón de girasoles. Era un mar, un océano que iba mucho más allá de lo que sus ojos podían alcanzar. Era una lluvia de sol.
¿Dónde diablos estaba ella?
"Buenos días dormilón. Ya era hora de que te despertaras..."
Las palabras parecían llegarle desde atrás, entrelazadas con la brisa, arremolinándose en multitudes como notas musicales, como una melodía, y una intensa sensación de comodidad la inundó. Ella conocía esa voz. Estaba incrustado en el núcleo de quién era ella, en su ADN. En el polvo de estrellas del que estaba hecho su espíritu eterno. Qué extraño era, que se sentía como si no lo hubiera escuchado en mucho tiempo todavía, simultáneamente, en todo momento.
Entonces llegaron los pasos. Estaban amortiguados, casi atenuados, pero podía oírlos perfectamente. Lo cual era otro detalle sorprendente, porque si tenía razón y esa voz tranquila y aterciopelada pertenecía a quien creía que pertenecía, la persona en cuestión siempre se había movido en silencio, como un felino. como una pantera
"¡Lisa...!"
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Girasoles y Rosas 🌻🌹 >MJ & LMP<
أدب الهواةUna breve historia sobre la llegada de lisa al paraíso y volver a ver a Michael después de mucho tiempo separados... No es Historia mía.. ES de blog de https://tomichaelandlisa.blog/disclaimer/ ✨✨✨✨ 🥰🌹