-Hana- logro escuchar una especie de murmullo a mi costado, estoy tan cómoda que prefiero seguir en mi posición. -Despierta- me pide ansiosamente, ahora distingo la petición, pero vuelvo a ignorarla. -Hana, - me siento tan bien, sin un mínimo peso sobre mis hombros, había olvidado lo que es poder dormir sin escuchar música a muy alto volumen hasta bajas horas de la madrugada causa de mis vecinos-tienes que levantarte... ¡ya! - mi cuerpo saltó de golpe por el pellizco ejercido sobre mi cuello. Abrí los ojos en un milisegundo, fue tan rápido que me mareé. Encare al semejante demonio sin percatarme de donde me encontraba.
-¡Maldito hijo de put- mis ojos saltaron de un lugar a otro, la silla a mis espaldas cayó tan de golpe que distrajo a todos los demás estudiantes. Tarde un poco en poder orientarme, mi cabeza daba vueltas y estaba algo confundida. - Mierda, - apenas me habia dado cuenta de la situación tan bochornosa en la que me encontraba, me sentí aún peor después de encontrarme con la mirada al chico que casi no habla conmigo, estaba detrás del tonto que me había despertado. Me pare derecha, e hice como si nada, -una ya no puede tomarse ni una minúscula siesta- comento más directamente al rubio junto a mi lado, tomé la silla y la volví a colocar en su lugar.
-Lo siento, pero es urgente. - velozmente y sin mi permiso comenzó a tomar mis cosas esparcidas sobre la mesa, y las fue colocando en mi mochila, prácticamente arrojándolas dentro.
Me cruce de brazos, ofuscada - Jiyong, para ti todo es urgente, hasta el hacer pis-
-Hacer pis es una necesidad mi querida amiga, por lo tanto, se hace con urgencia. -respondió de carrerilla, se colgó mi mochila sobre su hombro sin esperar mi respuesta, aunque no quería seguirle el rollo realmente, se dio la vuelta para marcharse.
-Espera, - lo detuve justo antes de irse con su amigo, al cual no había saludado por pena a la escena anterior. - Debo devolver los libros, tonto.
-Apresúrate, que tantos libros me hace hiperventilar- exageró aun dándome la espalda con la mochila.
-Vuelves a apresurarme y te pateare en los bajos- irónicamente me apresure a sacar los libros de arte, que por suerte no se habían maltratado con la brusquedad. Jiyong aún muy apresurado se dio la vuelta y cerró la mochila el mismo. -Pareces perro chihuahua moviéndote asi.
- Te esperaremos afuera. - avisó, no abrí la boca, solo asentí. Su cabellera rubia desapareció entre los estantes llenos de libros que atiborraban la biblioteca. Tenerlo de amigo a veces era un dolor de cabeza.
-¿Ahora si, a donde vas con tanta prisa? -le pregunto mientras subo la cremallera de mi abrigo. Para estar en verano la ciudad estaba demasiado fría. O no sé si sea la universidad la que es tan fría por absorber las almas de los alumnos.
-En efecto, lo olvidaste, - comenta más para él que para mí después de abandonar la pared en la que se encontraba recargado.
-Hola Mich- saludé usando su apodo después de gran rato al segundo chico que lo acompañaba. Me sonrió mostrando los dientes, e hizo un saludo mudo con la mano luego de señalar a Jiyong discretamente con la cabeza, mismo que estaba ignorando, por su cara parecía estar lanzándonos alguna especie de maldición. -¿Qué olvidé esta vez? - hice la pregunta despreocupada, pensando en que sería otra de sus tantas tonterías. Metí las manos a mi bolsillo en busca de mi celular,
-Mi cumpleaños-Detuve mi búsqueda en ese instante, olvide que más tarde tendría que cubrir mi turno, incluso que me tocaba pagar el alquiler pasado mañana. Mi cabeza se quedó en blanco. En efecto lo había olvidado. El cumpleaños de mi mejor amigo. Era una total desgracia como amiga.
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El último tren del olvido.
Teen FictionHana creia fielmente que su monotona vida estaba perfecta tal y como estaba. Ironicamente alguien no estaba de acuerdo, y sea quien sea ese alguien no soportaba a las chicas que se intoxicaban con el alcohol tan facilmente.