𝐓𝐇𝐑𝐄𝐄

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Miércoles

El reloj marcaba exactamente las once y cincuenta y Mina se encontraba mirando el piso en un punto fijo, esperando que Nayeon se canse de enviarle mensajes preguntándole cómo estaba.

-¿Mina?

Y ahí fue cuando la rubia prestó atención a sus amigas y salió de su propio mundo.

-¿Si?

-Estuviste de mal humor todo el día, ¿pasa algo? -preguntó Sana, rogando por recibir una amable respuesta.

-Seguro tiene hambre.

Mina suspiró antes de sonreír. -Si, solo es eso.

-Pues es tu día de suerte porque pedí comida de comidarapidayrica.com

-¿Qué?

-comidarapidayrica.com

-¡señorita Tzuyu y compañía! ¿hay algo que quieran compartir en la clase?

-De hecho si profesor. -dijo Tzuyu. -Ya son las doce y es nuestra hora de almuerzo, así que su clase ya debe terminar.

Mina revisó la hora en su celular para firmar esto, y si, ya había pasado un tiempo de la clase. Pero de todos modos gracias a Tzuyu se llevarían un castigo, estaba segura.

-Oh no sabía que usted podía poner horario a mi clase señorita.

-¿Entonces nos deja salir o no? -volvió a preguntar.

-¡Tzuyu! -Sana golpeó su brazo. -Siéntate ya.

-Señorita, Chou. -El profesor se acercó a ella. -Detención una hora.

-¿QUÉ? ¡Pro sí usted es el que nos está quitando nuestra hora de descanso!

-Que sean dos horas. -sonrió. -Ahora si pueden salir, chicos.

La de pelo corto miró a su novia y bufó, gracias a su bocota ahora se perderá la comida.

-Mina, lo siento pero debo quedarme con la tonta de Tzuyu, ¿puedes buscar la comida por mi? Pero se cuidadosa, vi que algunos alumnos de primer año nos vieron la otra vez.

La rubia miró molesta a sus amigas antes de darle un fuerte golpe en el hombro a Tzuyu.

-¡auch! ¿Y eso por qué? -preguntó acariciando su brazo.

-Por arruinar mi almuerzo.

[...]

Mina miró a su alrededor asegurándose que ningún maestro ni alumno se encontrará cerca. Además de eso, rogaba que esta vez la que repartiera la comida no fuera Nayeon.

Pero paró en seco al recordar que se había olvidado por completo del dinero, ella no tenía absolutamente nada en sus bolsillo, y estaba muy enojada con Sana y Tzuyu como para pedirle dinero. Se quería golpear así misma.

Pero buscaría la forma de pagar, así sea robar dinero lo haría. Bueno no al extremo.

Camino unos metros más y se encontró con un perfil conocido, no tenía ninguna duda que se trataba de la sonriente pelinegra.

-¡Chica lindaaa! ¿Por qué no contestas los mensajes?

-Solo dime cuánto es.

-Qué seca... pero bueno. Son 15 dólares más uno de más por el Delivery. -sonrió.

-Bueno eh.. -metió sus manos en su bolsillo y sonrió al sentir algo, al quitar lo único que se encontró fue con un botón, ¿cómo había llegado eso ahí?

-Exactamente -interrumpió Nayeon. -Serían 16 botones, ¿los tienes? -bromeó.

-¿te sirve uno?

-Nop. Pero.. -dejó las bolsas de comidas en el suelo y se acercó a Mina. -Si das un beso podría darte la comida gratis.

-¡¿estás loca?!

-No que yo sepa.

-Me envías mensajes a toda hora, ¿y ahora quieres que te de un beso?

-Pero no tendrás que pagar tu comida. Es un trato justo.

-No lo es.. ¿qué haces?

-¿qué hago de que?

Preguntó Nayeon acercándose lentamente hacia la rubia quien chocó contra la vieja y descuidada pared del colegio. Un lugar secreto donde los alumnos pueden pedir comida, beber, fumar, besarse, todo lo que quieran.

Y sin darse cuenta tenía acorralada a Mina.

-¡aléjate o voy a gritar!

-Ni que te fuera a hacer daño.

-en serio, aléjate, se karate.

Cerró sus ojos con fuerza preparando su puño para golpear, sin embargo el único golpe que hubo fueron el de sus labios chocar.

Delivery of 𝘒𝘪𝘴𝘴𝘦𝘴.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora