Contrato juvenil | KOOKV
"Cásate conmigo, Taehyung" me pide Jungkook y yo dejo caer las tijeras de mi mano.
No lo había visto hace más de doce años, mi mente sigue tratando de asimilar lo que él acaba de pedirme. ¿Acaso estaba alucinando? Sabía que...
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Jeon Jungkook
Los archivos que me estaba pasando Hyejin parecían no tener fin, yo realmente sentía que eran infinitos, cada día había más sobre mi escritorio. Sé que no es culpa de ella, ni mucho menos de alguien es especifico, simplemente es la responsabilidad de ser CEO de una empresa y líder de un club del submundo. Mi jornada laboral me consumía por más que yo tratara de mantener ciertos límites.
Ni siquiera soy consciente del tiempo mientras leo detalladamente cada carpeta. La sede nueva que se hará en Singapur es un punto fuerte para la empresa, sería más fácil exportar hacia países occidentales desde allí por la reputación tan importante del país, la obra de mano es un poco más costosa que en Corea, pero definitivamente es más eficaz. Turnar mi cerebro entre la empresa y el club me ayudaba a no estresarme demasiado, por lo que luego de firmar el documento que emitía el comunicado interno de traslados a Singapur paso inmediatamente a leer unos archivos sobre el club. Los otros líderes, Edward, Qiang, Dmitry y Constanz, estaban de acuerdo con mandar infiltrados a la base americana de Kim Namjoon en las próximas semanas para destapar un poco la ratonera, sin embargo, es un poco impulsivo. Si bien hemos recibido amenazas de su parte y el reciente trato de Namjoon con mi hermano es algo de tener presente, si son descubiertos nuestros infiltrados empezaría una guerra dentro del mismo submundo del cual me preocupa.
"Tome agua, señor Jeon." La inexpresiva voz de mi mano derecha me hace levantar mi vista de los papeles.
"Gracias." Le doy un trago al vaso que me sirvió.
"Pronto serán las nueve de la noche, señor Jeon." Me recuerda Hyejin, "Quizá sea hora de que vaya cerrando todo."
"Sí, por favor avísale a Taehyung que iré pronto." Pido, masajeando mis sienes.
"Inmediatamente, señor." Ella se retira rápidamente. Yo vuelvo mi vista a mi sufrimiento y con un suspiro tomo una decisión. Abro mi cajón secreto del escritorio, saco uno de los tantos teléfonos desechables y marco al número que me sé de memoria.
"Hable ahora o recibirá una visita de la parca." La voz profunda de trae recuerdos y yo ruedo los ojos.
"Habla J194." Aviso. Hay un pitido en la llamada hasta que esta vuelve a ser conectada.
"Muchacho, que gusto volver a oír de ti." La voz de Alessio me genera un escalofrío que recorre toda mi espina dorsal. "Supe que contrajiste nupcias, lamento no haber asistido a la celebración, aunque muchos de mis hombres estuvieron ahí."
"Espero que haya estado bien, jefe." Respondo simplemente. "Creo que ya sabe porque lo he llamado."
"La verdad es que no, muchacho, sería bueno que me indicaras. Sabrás que sé todo lo que ocurre y no sé a qué me contactas exactamente." Su comentario me hace fruncir el ceño, ¿qué había ocurrido que sea importante incluso más que nuestros planes de infiltrarnos en uno de sus mayores enemigos?
