Capítulo 3: ⫸Sólo sigue el plan⫷

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"Debería haber sabido que te conformarías con un alfa suave", es lo que le dice la madre de Seokjin cuando se encuentran solos en la cocina de su imponente y lujosa residencia suburbana. "Eso es tan... tú".

Suave. Seokjin se pregunta si debería sentirse insultado en nombre de Jungkook.

"Te olvidas de que también es más bajo que yo", dice Seokjin mientras se lanza de cabeza a su nevera personal de vinos y toma una botella de blanco que sabe que es bastante cara. "También es más joven. Y Virgo, qué escándalo".

"Sabes que he contratado a todo un equipo para que se ocupe de eso, ¿verdad?", dice ella, mirando con odio mientras él acerca la botella a la encimera para trabajar en el sacacorchos.

Seokjin se encoge de hombros. "Estoy bien".

El corcho sale con un chasquido.

Suspira. "Quiero decir que me sorprende que te hayas apareado sin decírmelo, pero no". Sus manos están firmemente plantadas en sus huesudas caderas, dejando claro que puede que no esté sorprendida, pero seguro que está molesta por ello.

"Te lo dije", dice Seokjin, ocupado en llenar dos copas de cristal hasta el borde con su vino blanco robado. "Por teléfono. La semana pasada".

"Jinnie". Ella suspira de nuevo. "No hagas eso".

Él le tiende un vaso y ella lo toma. "Por mi nueva vida de casado", dice él, chocando los vasos con fuerza antes de beberse la mitad de un trago.

Ella niega con la cabeza, no bebe.

Todo esto es, por desgracia, todo lo que Seokjin pensó que sería. La manada Kim es intimidante, aunque sólo sea por su tamaño. Debido a que los alfas son tradicionalmente asimilados en la manada de su omega, cuantos más omegas tienes, más grande crece la manada con el tiempo. La manada Kim, famosa por criar montones de omegas sanos, es un buen ejemplo de ello. Seokjin ha perdido la cuenta de cuántos primos tiene. Cuántos de ellos tienen hijos propios. El resultado son las reuniones masivas que tanto esfuerzo ha puesto en esquivar durante la última década.

Hace de Seokjin una de las principales atracciones de la noche. Y, por supuesto -Seokjin debería haberlo visto venir- el "Oh Jin, estamos tan aliviados de que por fin tengas un alfa" de todo el mundo es tan hiriente como Seokjin pensó que sería.

De ahí su huida a la cocina.

De ahí el vino.

Sin embargo, parece que no puede escapar de su querida mamá.

"No debería sentirme tan decepcionada", dice ella, estirando el cuello para inspeccionar la marca del mordisco en su cuello. "Después de todo, siempre supe que me robarías una ceremonia formal de apareamiento".

Seokjin hace una mueca y le da un manotazo en la mano cuando se lleva la mano al cuello de la camisa. (Es imposible que se dé cuenta de que es falso, no con la práctica de Jungkook, pero aun así). "No todo el mundo siente la necesidad de morderse el cuello delante de toda la manada. Mucha gente elige aparearse íntimamente. No es tan raro", dice. Ella siempre le hace sentir que tiene que defenderse por alguna razón.

"Lo sé", dice ella, tomando por fin un trago antes de asentir hacia la puerta de cristal donde pueden ver a la mayor parte de la manada reunida en el patio trasero alrededor de mesas con comida preparada y odiosos arreglos florales de color rosa pastel. "Está bien educado. Le concedo eso, al menos".

Afuera, el recién presentado primo omega de Seokjin se retuerce bajo la atención de Jungkook mientras él amablemente le entrega la brillante manzana roja que seleccionó para ella. El adolescente esconde una sonrisa llena de frenesí detrás de su mano, sonrojándose hasta las raíces de su esponjoso pelo castaño.

El plan -kookjin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora