Cap5.

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Madison había encendido el equipo de música dispuesta a bailar con todo su empeño, así que se puso en ello. Empezó a sonar Adele a todo volumen en la sala, que suerte que era insonorizado.

Emily se quedó mirando desde fuera ya que Madison aún no le había visto, sino la hubiese echado a patadas en tres segundos. Esperó de pie unos segundos a que Madison estuviese tan ensimismada que ni la oyese para poder entrar, pero tuvo la mala idea de apoyarse en la pared, apagando las luces de la sala.

- ¿¡Se puede saber que estás haciendo aquí?! - Exclamó Madison asustada y enfadada al ver a Emily volver encender las luces rápidamente.

- ¡Esto... Perdona, yo no quería...! - Respondió Emily nerviosa.

- No has respondido a mi pregunta. - Replicó.

- Venía a pasar el rato, no sé por que lo he hecho, solo no quería volver a casa aunque haya tomado una decisión aún peor, ¿Qué estoy diciendo? Olvídalo, ya me voy... - Y así Emily se dio la vuelta pensando que había hecho el ridículo.

- Espera, yo no dije que te fueras, pero podías haber intentado ser más discreta a la hora de entrar... - Dijo Madison.

- Tienes razón pero hubieras gritado lo mismo tanto si apagaba las luces como si no. - Madison ni siquiera respondió porque sabía que Emily tenía razón. - Entonces... ¿Estabas ensayando algo en específico? - Preguntó Emily para sacar tema de conversación. Funcionó.

Por ahora solo podían hablar de baile, algo de música y cosas de los estudios, pero eso cambiaría pronto.

Mi tarde también sufrió un ligero cambio de planes. Mientras mi padre y yo salimos a comprar discos nuevos y algún vestido para el estreno del nuevo single de Marie, nada importante.

Al estar tan cansados decidimos tomar un café donde siempre. John no se sorprendió al vernos a esa hora ya que solía ser lo habitual, compras y trabajo hasta las 18h y café para no dormir hasta las 23h por lo menos.

- ¿Qué tal John? ¿Cómo va la jornada? - Preguntó mi padre.

- ¡Que maravillosa visita... Olivia y George, mis mejores clientes! - Saludó John alegremente. Siempre tan educado. Mi padre ordenó un café y se ausentó para ir al baño, yo sin embargó preferí no pedir nada en ese momento.

- Olivia ¿Puedo hacerte una pregunta? - Dijo John. Asentí con la cabeza. - ¿Recuerdas al muchacho de ayer? Ese de abrigo oscuro y rostro pálido. -

- Si... ¿Qué ocurre con Cameron? - Respondí.

- Él está ahí sentado en aquella esquina, lleva solo casi dos horas con una libreta y su equipo de música, me preguntaba si podrías ir a hablar con él ya que le conoces. -

- ¿Hablas en serio? ¿Lleva ahí sentado 2h? - No tuve más remedio que ir. - ¿Puedo sentarme? - Pregunté acomodando una silla.

- Oh Olivia, que sorpresa, no te había visto, ¿Cuándo has llegado? - Él me dejó sentarme tranquilamente.

- Tan solo hace unos minutos ¿Qué estás haciendo aquí? - Pregunté.

. Estoy trabajando en una cosa, ¿Lo quieres oír? - Asentí con la cabeza y Cameron me puso con delicadeza los cascos. A los pocos segundos empezó a sonar una melodía proveniente de una guitarra que sonaba extremadamente bien. Tan bien que cerré los ojos por un instante mientras me sentía totalmente envuelta. - ¿Te gusta? Aún le faltan algunos detalles pero la idea está bien desarrollada.

- Me gusta, no sabía que tocaras la guitarra. - Dije.

- Si, desde los nueve años... Creo que fui el único niño de 9 años que decide aprender a tocar un instrumento desde cero tan pronto y sigue con la misma pasión después de años. -

- En realidad es completamente normal, con esa edad todos solemos tener sueños grandes, a veces tan grandes que son imposibles. -

- Puede ser, ¿Qué hacías tú con 9 años? - Preguntó, mi mente viajó al pasado en un segundo, era un día de lluvia normal, no hacía viento, estaba en mi habitación acabando mis tareas cuando entra mi padre y me dijo "Olivia, lo siento, no creo que mamá venga a visitarte por un tiempo." Supongo que lo llevé lo mejor que pude, esperé a que mi padre pensase que estaba dormida para llorar en mi almohada bajo las sábanas, creo que fue una reacción normal. Mentira.

Hoy en día las cosas son muy diferentes, prefiero usar el método "sufrir en silencio", aprendí que por mucho que desease que mi madre no fuera una irresponsable y tuviese algo de responsabilidad afectiva, no se iba a cumplir. Ojalá los deseos buenos se cumpliesen con tan solo chasquear los dedos.

- ¿Olivia, va todo bien? - Cameron se preocupó por mi corto silencio. Me había olvidado de que estaba presente.

- Perdona, me quedé pensando. - Justo mi padre acababa de volver del servicio. - Discúlpame un minuto. - Me dirigí hacía John y George.

- ¿Qué tal está? ¿Se encuentra bien? - Se preocupó John.

- Si, solo está trabajando en un proyecto personal. - Dije.

- ¿Quién? - Preguntó mi padre.

- Ese chico de allí, Olivia es amiga suya. - Aportó John.

- Yo no diría que soy su amiga, solo una conocida... -

- Dile que venga, me apetece conocer al amigo nuevo de mi hija, así me presento. -

- Que no es mi amigo... y eso no va a pasar, está trabajando y no quiero molestarlo más. - Mientras intentaba cambiar de tema, John le lanzó un guiño a mi padre que claramente me desautorizaba por completo, pero fingí no haberlo visto.

- Bueno bueno, yo me voy a casa ya Olivia, te puedes quedar pero no tardes mucho. Buenas noches John. - Se despidió George.

- Buenas noches. - Dijo John con una sonrisa. Entonces se fue, en ese momento noté a John mirándome muy fijamente, como si quisiera decirme algo.

- ¿Y bien? ¿Qué quieres decirme? - Dije.

- Quiero ver cuanto tardas en darte la vuelta a volver con él. - Solo pude gruñir y ponerme un poco nerviosa pero al final fui con Cameron.

- Hey, has vuelto. - Dijo.

- Si, me tenía que despedir de mi padre. -

- ¿¡Ese era tu padre?! ¡Si lo hubiese sabido iba y me presentaba como es debido! -

- ¿Y cómo sería eso...? - Pregunté.

- Señor padre de Olivia, es un autentico honor poder conocerle en persona, su hija y yo somos grandes amigos. - Respondió con un tono de voz gracioso.

- Eso sería mentirle a la cara. - Dije soltando una pequeña risa que no pude aguantar. Pero desapareció al levantar la vista y ver a Cameron observándome con una sonrisa en su cara. Se veía tan bien... No pude evitar ponerme colorada, que vergüenza.

- Deberías reír más seguido. -

- Cállate. - ¿Cómo podía decir esas cosas tan de repente? - En fin, ¿Te vas a quedar mucho rato? -

- ¿Por qué? ¿Estás dispuesta a hacerme compañía? - Sonrió pícaramente.

- Me voy. - Dije poniéndome de pie.

- ¡Espera, es broma! Me voy ya, te acompaño a casa. -

- Eso no es necesario. -

- Pienso hacerlo digas lo que digas. - Dijo. Saludé a John antes de salir, Cameron igual. Me acompañó todo el camino, casi ni hablamos, solo me dijo que tuviera cuidado al cruzar. Pero en el portal...


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