Pasaron sólo dos días después de la boda de nachito y Eréndira. Ellos se encontraban disfrutando de su luna de miel en Los Cabos. Mientras que los demás se dedicaban a sus actividades diarias.
Por un lado, Lucero y Edmundo disfrutaban de su pequeña Emma y de la noticia del embarazo de Lucero. Julieta y Apolinar trabajando muy duro en su nueva panadería. Olga y petita disfrutando el tiempo de madre e hija.
Y Refugio... Refugio estaba feliz de que por fin sus hijos hayan tomado su propio camino, pero había algo que la ponía aún mas feliz. Contar la amistad de Juan Carlos, disfrutaba platicar con él.
Ella lo quería como un amigo, el caso es que Juan Carlos la quería como mujer, desde la primera vez que la vio se enamoró. A su criterio, Refugio se veía como una diosa griega con aquella blusa azul, su cabello azabache y que decir de sus hermosos ojos verde miel. Aquellos ojos que hechizaron a Juan Carlos.
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-Petita!, ¿Ya estás lista, mi vida? - preguntó Refugio desde la cocina mientras terminaba de limpiar.
-Si mamá Cuquita - saliendo de su habitación.
-Vamos - tomando la mano de petita para después salir de la casa.
Se dirigían hacía el mercado. Petita decidió a acompañar a Refugio porque le encantaba pasar tiempo con su mamá Cuquita, pero sobre todo quería ver a Don Verduras. A su criterio, Juan Carlos era un tipazo y obvio le encantaba verlo cerca de su mamá Cuquita.
-Martina - saludó Refugio
-Mi Refugio, que bueno que te veo... ¿Vienes sola? - indagó Martina por simple curiosidad después de darle un beso en la mejilla y un abrazo a Refugio.
-No, vengo con petita, pero está comprando un paleta. No tarda en regresar - explicó Refugio.
-Bueno... Ven, por acá te dejaron una sorpresa - anunció con esa sonrisa pícara que caracterizaba a Martina.
Esta misma de dirigió junto con Refugio a la pequeña oficina donde trabajaban ellas dos. Donde se encontraba un enorme ramo de rosas junto con unos chocolates. Seguramente eso era obra de Juan Carlos, pensó Refugio.
-Martina está hermoso! - dijo una Refugio sonriente mientras se acercaba al hermoso ramo.
-Así es! Todo tuyo Refugio - respondió Martina mirando la escena desde su escritorio.
-¿Quién lo mandó? - preguntó Cuquita, aunque en el fondo sabía que el autor de eso era nada más y nada menos que Juan Carlos.
-Yo lo mandé, Refugio - aquella voz varonil retumbó en la oficina haciendo que las dos mujeres dirigieran su mirada a Don Verduras.
-Gracias Juan Carlos, están hermosas -afirmó Refugio - Gracias por los chocolates también.
Se quedaron unos cuantos segundos mirándose fijamente hasta que la voz de Martina los sacó de ese pequeño trance.
-Bueno, bueno... yo me voy porque aquí, yo salgo sobrando - y tan rápido como pudo, Martina salió de ahí para luego encontrarse con petita quien se dirigía hacia la oficina pero para pronto fue tomada de la mano por Martina. Y esta última la llevo a dar un pequeño paseo por el mercado
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-Refugio... - aclarando su garganta - te invito a comer a un restaurante que está por aquí cerca ¿Qué dices? - preguntó nervioso, pues no sabía que repuesta le daría Refugio.
-Claro que sí Juan Carlos - dijo muy sonriente.
Y luego de un par de segundos, Juan Carlos y Refugio salieron de la oficina para después toparse con petita y Martina.
-Mi vida - acercándose a petita quien venía tomada de la mano de Martina - Voy a ir a comer con Juan Carlos ¿Quieres ir con tu tío mundo en lo que yo voy a comer?
-Prefiero quedarme aquí con Martina mamá Cuquita, Me divierto mucho con ella - dijo muy sonriente.
-Martina, te la encargo mucho por favor.
-Claro que sí Refugio, vete tranquila que petita va a estar bien - volteando a ver a Esperanza.
-Bueno mi vida, no tardo eh - dando un paso atrás para ponerse a la par con Juan Carlos.
-Está bien, se comportan eh - dijo petita muy seria.
-Esperanza, por favor! - habló Refugio con voz arisca
Juan Carlos tuvo que toser para disimular la risa. Y Refugio se sonrojo con ese comentario de su nieta, por supuesto que se había molestado un poco pero también le causó gracia.
Después del pequeño momento incomodo, Refugio y Juan Carlos salieron del mercado en dirección hacia aquel restaurante.
- Restaurante -
-Juan Carlos -habló Refugio mirándolo fijamente a los ojos - Respecto a lo que me dijiste hace unos días... que querías ser una pareja digna para mi...
Juan Carlos quien estaba cabizbajo, rápidamente levantó su cabeza para encontrarse con la mirada hechizante de Refugio.
-Lo pensé demasiado y por fin... te tengo una respuesta - dijo muy seria
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Holaa!, espero les haya gustado el cap. Por favor dejen sus comentarios sobre como les gustaría que se desarrollara la historia ✨. Gracias por leer espero tenerlos por aquí en el próximo capítulo 🤍.
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Hay unos ojos
Romance𝐻𝑎𝑦 𝑢𝑛𝑜𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑖 𝑚𝑒 𝑚𝑖𝑟𝑎𝑛...ℎ𝑎𝑐𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑚𝑖 𝑎𝑙𝑚𝑎 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑏𝑙𝑒 𝑑𝑒 𝑎𝑚𝑜𝑟. 𝑆𝑜𝑛 𝑢𝑛𝑜𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑡𝑎𝑛 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑜𝑟𝑜𝑠𝑜𝑠, 𝑞𝑢𝑒 𝑜𝑗𝑜𝑠 𝑚𝑎𝑠 𝑏𝑒𝑙𝑙𝑜𝑠 𝑛𝑜 ℎ𝑒 𝑣𝑖𝑠𝑡𝑜 𝑦𝑜. 𝐴𝑦 ,¿𝑄𝑢𝑖𝑒𝑛...