Min YoonGi, rapero y compositor de una exitosa boyband y omega de lince, nunca creyó que el hecho de que su celo le sorprendiera, llevaría a una pelea entre aquellos alfas por querer ayudarle a pasar el calor del momento.
- Bien, - mencionó cansado...
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Antes de que el omega prácticamente saltara del refugio que había obtenido en los brazos del rubio, Park fue mucho más rápido para atraparlo y sostenerlo firmemente.
— ¡S-suéltame, JiMin! — Ordenó, mientras luchaba contra las lágrimas que pujaban por escaparse de su mirada.
—Antes de que te hagas una idea equivocada, tienes que escucharme. —Pidió, tratando de tranquilizarle.
—No — Se negó —. Tú y yo no tenemos nada para hablar.
La mirada del rubio se obnubiló durante un instante, mientras sus labios formaban una dura línea. No pronunció palabras al momento en que ayudaba al omega a sostenerse, interrumpiendo su unión.
El alfa permitió que el mayor se escapara un poco de su agarre, lo suficiente como para deshacer su unión y el inminente nudo a punto de formarse en el interior del mayor, su animal rasgó su mente en forma de protesta por haber rechazado la unión con el lince.
YoonGi gimió ante la falta del menor llenándole, tentándole a pedirle que volviera a como estaban con anterioridad sino fuera por las actitudes que estaba tomando. ¡¿Quién demonios se creía ese mocoso para jugar así con sus sentimientos?!
Mientras tanto, el rubio se ahogaba en reclamos propios culpa de su falta de tacto para poder decir las cosas, sumado al orgullo del mayor. ¡Todo en su vida se estaba yendo por la borda, y él único culpable de todo era él mismo!
Estaba de acuerdo con su parte animal, pero el humano no deseaba que algo tan trascendental como unir sus vidas por siempre fuera tomado a la ligera bajo el fulgor de la pasión y lujuria.
JiMin tenía sus sentimientos absolutamente claros, pero dudaba de que el omega estuviera en la misma posición.
Park deseaba con todo su corazón que sí YoonGi quería estar a su lado, lo hiciera porque realmente fuera lo que su alma necesitaba, y no que lo decidiera bajo la euforia de los estados efusivos de sus celos incontrolables.
Lo fundamental para el rubio, era la felicidad del Min por encima de todo, inclusive de sí mismo.
Pero, al parecer, el rapero no le dejaría explicarle nada, asumiendo sus propias ideas, lo que terminaría perjudicando cualquier pequeño indicio de un verdadero futuro juntos.
Suspiró, tratando de calmarse a sí mismo, para poder hablar con el mayor, quien más que un lince, parecía tratarse de una fiera dispuesta a degollar a su presa.
—YoonGi, escúchame— Insistió, tratando de que su voz sonara lo más serena posible, a pesar de la tormenta de su mente.
— ¡No! —Se negó—. ¡Tú vas a escucharme, alfa de cuarta! —Volvió a removerse en su lugar, buscando zafarse del agarre del contrario, sin éxito alguno —. No sé cómo fui tan ingenuo de meterme entre tus pantalones, JiMin— Se quejó, para luego gruñir cuando el rubio estaba a punto de responderle—. ¡No! No tenemos nada más que hablar, Park, así que suéltame en este preciso instante. —Desvió la mirada de la del rubio.
