¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
“Mingi se quedó conmigo en el campo de entrenamiento, tiene cortes en el rostro porque luchó con demasiada fuerza, alimentando su faceta de matón, pero yo sé muy perfectamente que está sobrepasando sus límites. Pero amo a ese hombre como nadie más puede, porque es como si él pudiera mover las montañas y colocarlas nuevamente en tierra solo por mí.
Puedo observar como nuestro grupo de amigos suele drogarse para tener acto seguido de una pelea entre ellos mismos, solo por las cosas que más aprecian en su miserable vida o para olvidar sus mayores miedos y temores.