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Johan no podía quitarle vista de encima, era una tarea imposible para él, maldijo pero también bendecía esos malditos ojos azules que lo hacían perder su cabeza, que lo hacía sentir vulnerable, que lo hacía verlo embobado por horas.. si.. valía la pena verlos por horas.. mirarlos hasta perderse en ellos.
Definitivamente ha visto un millón de personas con ojos azules, pero estos eran únicos.. tenían su brillo especial que le hizo tener miedo.. tenía miedo. Estaba cayendo rendido ante ellos, y lo sabía. Era como un arte grabado en un museo como si fuera lo más valioso de jodido planeta, o así lo veía.
Era como un tesoro valioso que el oro, ninguno podría reemplazarlo, en cada de sus etapas era hermoso.. con su ceño fruncido, su brillo de felicidad y las lágrimas más puras que ha visto.
Le recuerda la playa, sus ojos oceanicos con un mar interminable pero siempre llenos de esperanza y su cabello dorado alborotado a los rayos de sol que los ilumina. Sin duda una buena vista.
Nunca había perdido la cordura con miradas o algo por el estilo, pero con estos.. lo hacían perder todo. Son unos ojos angelicales.. con esa calidez que lo envuelve, a veces siente que son bastante buenos para él, hay veces que nisiquiera quiere que sean vistos por otras personas.. suena cruel? Quizá, pero es al verdad. Solo quiere esa vista para él y solo él.
La primera vez que los vio sintió una extraña calidez, tanto así que dejó de sentir frío con tener tanta ropa rasgada. Se sintió seguro, por primera vez en su vida sintió que no había nada por qué tener, alguien que lo miraba con cariño, preocupación y devoción. Le hacían sentir completo.
Ya estaba acostumbrado a su trabajo, quitarles la vidas a personas o simplemente robar una que otras cosas.. nada espacial, solo negocios.
Pero cada vez que volvía a su destino (lugar que depende donde actualmente se hospede) se sentia vacío, se sentaba y miraba a punto fijo que se a lo que piense y reflexionando lo que ha estado haciendo. Miro sus manos con gotas de sangre y solo hecho un bufido sin gracia.Vaya vida de mierda, pero ya está hecha, ya estaba acostumbrado a que nadie lo recibiera. A que nadie estuviera a su lado temporalmente, o que lo visiten, tenía sus contactos y unos cuantos amigos pero.. era diferente.
Odiaba sentirse así vulnerable, quizá en algún punto odio la vida que lleva, pero ya se acostumbro, no necesitaba a nadie para que lo ayudara o que lo esperara. Así se crio desde pequeño.
Verdad?
...
A quien engañaba? En el muy en el fondo siempre lo quiso.
Aveces ha pensado como sería ser una persona "Normal" bueno, en ese término sería no robar, no ser de los más buscados del todo el mundo y no asesinar. Gente que no es pobre..
Los ha visto en al calle viviendo depreocupados con sus seres cercanos, cómo pasaban por las calles y yendo a dónde se les de la gana. Su orgullo no lo amditira pero quería sentirlo.
Por un maldito milagro, así fue.
Desde que Lionel, bueno, después de descubrir de que era de la familia real y era el príncipe Arthur claro, ahora tenía más sentido.
Desde que Arthur llegó a su vida, fue una vuelta de 360° grados, ese chico lo cambio completamente todo su mundo. Le trajo alegría a su vida.
Quien diría que terminaría enamorado con un príncipe. Y en su millón de años había dicho que jamás estaría con uno de la familia real. Bueno, los tiempos cambian
-Johan, ya me puedo levantar? Debo entrenar con Fukuro- Entonó somnoliento, sacándolo de sus pensamientos anteriores
Johan solo pudo sonreír divertido.
-No, quédate cinco minutos más si?-
Contesto mientras le rodeaba sus brazos en su cuello y continuaba admirando sus ojos que eran iluminados con unos rayos del sol cayendo por su rostro.Mierda.
Quería tener esa maldita vista cada vez que amanecía.
Arthur lo miro confundido por un segundo, pero después sonríe conmovido. Mentiría si dijera que no quiere levantarse, pero Fukuro era bastante estricto con la hora.
Que importa, después los regañará después.
Lo que importaba es que estaban juntos.
-Johan..- hablo con un hilo de voz
-Si?-Contesto
-te quiero- le dedicó una dulce sonrisa
ahora lo entendía. Necesitaba a Arthur para toda su vida. Que lo recibiera después de un día de trabajo, en aventuras con el, que le dedique esas sonrisas, verlo cada vez que amanecía, que le cocinara o que haga un esfuerzo, sus cálidos abrazos, sus besos suaves como plumas, sus ojos,sus comentarios cursis, que lo protegiera cuando era necesario joder necesitaba todo.
Johan simplemente sonrió con ternura y le dió un pico en los labios
-Yo también.. ahora duerme cinco minutos- dijo
Arthur simplemente se rió.
💛☀️🌑🖤
...
-Acaso no se han levantado?!- grito molesto
-WAAAAA!! Lo puedo explicar- exclamó preocupado el rubio
-Muy buenos días para ti-Contesto Johan sarcástico