Prologo.

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Subo al escenario nerviosa, mis hombros se tensan al sentir el fresco del club, con la poca ropa que llevo puesto en este instante no seria raro.

Me paro en frente de la silla que me siento, a unos centímetros esta el tuvo de metal que ocupare en pocos instantes.

La música empieza a sonar en las bocinas del lugar, me siento en la silla abriendo mis piernas dejando ver a los ojos la diminuta dragas que estaba ocupando, dejando nada a la imaginación, empiezo moverme a ritmo de la canción, muevo mis manos a mis muslos para moverlos lentamente, en un instante se vuelve un poco rápida abro las piernas en forma de V, las bajo lentamente.

Voy al tuvo de metal, lo agarro con mis dos manos y enredo una de mis piernas al rededor, me alejo y empiezo a bailar en el sensualmente. Continuo así, moviéndome al ritmo de la música los billetes, entonces me quito la parte superior de la lencería que tengo puesta, o traía, silban, gritan, demostrando que me desean, ese pensamiento ya me hace sonreír.

Acaba la música, acaba mi baile.

Así es, fue mi baile de presentación.

Muy buenas noches hombres de la alta sociedad, esperamos con ansias que les haya gustado la presentación de nuestra nueva bailarina "La rosa". —comenta de mi "La viuda negra" con el micrófono en la mano. Me pongo a lado de ella — Y como es nuestra costumbre se subastara a la nueva integrante, como muchos saben algunas llegan vírgenes u otras ya tienen experiencias en el acto sexual, pero sin importar que siempre se subastaran para que algunos de ustedes queridos espectadores —mueve su mano libre en un circulo en el aire para que se incluyan todo los hombres que nos están mirando de alta sociedad la puedan tocar por primera vez en alguna de las habitaciones del club.

¡Mil dólares por la "la rosa"!—grita un hombre de mediana edad. 

¿Mil dólares, alguien ofrece más?— pregunta mi compañera.

¡Cinco mil! —grita otro de los hombres.

¡Siete mil! —grita un hombre de la tercera edad que se le muestran las canas.

¡Diez mil! —grita uno de los hombres del fondo que no llego a ver. Más su voz es gruesa.

¿¡Diez mil dólares!?, ¿alguien más, ofrece más que diez mil?—comenta con burla en su voz por lo poco que están dando por mi — ¿la vieron bailar, no?, Ella vale mas que unos miserables diez mil dólares ¡oigan!

Diez millones y en efectivo —aparece en mi visión un hombre peli-rojo con lo que parece ser su guardaespalda con un maletín con todo el dinero que dijo.

¿¡Un millón!?, ¿alguien ofrece más que un millón de dólares?— hubo un silencio en un lugar donde siempre había música a todo volumen. ¿Qué carajos?— ¿Nadie?. Vendida a Caelum  Poverly.

¿Así que fui vendida por una sola noche para tener sexo con un gran empresario, que ni conozco?, Si así fue.

Tuviste suerte el señor Poverly casi nunca participa en las subastas, debiste llamar mucho de su atención.—susurra tapando el micrófono para que nadie escuchara.

Pues no se que pensar, no siempre llegue a tener muy buena suerte creo que siempre eh tenido la mala suerte de mi lado, creo que hoy fue la excepción ¿no?— siempre eh tenido suerte pero que hay de malo mentir para que todo salga acorde al plan que esta en mi cabeza desde hace meses. Puta madre.

Ve y satisfácelo para que te de una buena propina,—dice empujándome para ir a su mano extendida.

  Bailo en un club muy prestigioso donde no cualquiera puede entrar, y los que entran tienen una regla de confidencialidad, para cualquier bailarina que sea reconocida no tenga algún problema allá fuera.

Vengo de una familia muy reconocida por empresas, doctores, y abogados.

Soy Afrodita Black, Bailarina del club "Oscuridad", prostituta del mismo club, con metas, temida por mi apellido, pero sobre todo deseada por todos.

No siempre la que se ve inocente lo es, No siempre la que se ve tímida lo es, No siempre al ocupar ropa holgada no significa que no tengas un buen cuerpo, No siempre alguien no tiene ambiciones.

Yo siempre pido más de lo que tengo, poder, ambición pero sobre todo deseo.

No siempre... 

No siempre eres lo que muestras a los demás.

No siempre ° PROXIMAMENTE °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora