Conviviendo con la bruja (Dulce Complicación #1)

Prólogo

Cabellos rebeldes, puntas azules que se deslizan por sus hombros, ojos celestes que me observan con recelo, ceño fruncido ante cada palabra que pronuncio, barbilla altiva y gesto indiferente. Caos y destrucción. Problema tras problema.

Todo eso era ella para mí, una vorágine de confusión que llegó a mi vida para ponerla de cabeza; un peso sobre mis hombros que quería soltar a toda costa; una presencia indeseable que compartía conmigo el oxígeno dentro de las paredes de mi hogar; una mala decisión que me hizo cuestionar mi madurez y con la que ahora tendría que lidiar.

Tal vez todo eso y más era antes de conocerla realmente; ahora es… diferente, ahora ella significa algo para mí, aunque no sé definir realmente qué. Dicen que lo que sientes condiciona lo que ves, es por ello que mi visión acerca de su persona ha cambiado. En este instante percibo algo totalmente diferente.

Sedoso cabello que se desliza entre mis dedos, puntas azules que brillan bajo la tenue luz de un escenario, ojos celestes que indagan en tu alma y pueden ver dentro de ti, ceño fruncido que quebranta su impertérrita frialdad, barbilla altiva que no cede mostrando su fortaleza y gesto que se suaviza ligeramente cuando de un niño se trata. Admiración e incertidumbre. Descubrimiento tras descubrimiento.

Mi vida sin ella era simple y predecible, siento que había trazado hasta el último segundo. Luego de conocerla dejé de tener claras muchísimas cosas. Aún no soy capaz de definir, o quizás, de reconocer lo que siento, pero no existe manera posible de que me pueda adaptar a una nueva rutina en la que ella no se encuentre. Tal vez es solo la costumbre de tenerla muy cerca, pero mientras no lo averigüe, planeo tenerla a mi lado cada minuto de mi existencia. No he encontrado aún la fuerza de voluntad necesaria para alejarla de mí, y si tengo que convivir con esa bruja todos los días de mi vida, pues entonces mi suerte ya está echada.