HotWife

Ximena

By Mac
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Ana
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Hola, una vez más tengo el placer de compartir una historia que trata de una hermosa mujer casada con gustos sexuales bastante liberales, su necesidad es tanta que acudió a nosotros para solicitar citas discretas con caballeros en la seguridad de nuestra agencia, nos fue fácil encontrar lugares adecuados a sus necesidades, a los cuales puede acudir sin problema y sin levantar sospechas de ningún tipo de nadie.

Ximena
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Mí primer encuentro fue en un salón de belleza conocido, suelo vestir de falda corta o vestidos rabones, soy muy piernuda y suelo atraer las miradas morbosas de los hombres que me rodean mi petición fue estar con alguien menor que yo, si voy a ser infiel pues que sea como yo quiera puesto que para eso acudí a la agencia, además debe tener miembro grande, mi marido lo tiene pequeño, me satisface lo necesario como para terminar completando con una masturbación solitaria, desde mi adolescencia me casé con el y nunca he estado con otro hombre, una de mis amigas me habló de HotWife y no dudé en solicitar mi fantasía con ellos, la idea de verme con otro a espaldas de mi esposo me moja el coño, las ganas de sentir una verga grande sube los niveles de mi libido al máximo.

El salón a todo lujo y modernidad, una jovencita guapísima me llevó por varios pasillos repletos de mujeres de todas edades con las ilusión de salir de ahí convertidas en una diva, subimos a un elevador para dos y llegamos al tercer nivel, un pasillo solitario con puertas de cristal a todo lo largo por ambos lados, pude contar más de cincuenta puertas y fue en una de ellas donde la chica me dejó dándome un código de acceso a la habitación.

__ Este es su privado señora Ximena, tiene su código de acceso en su celular y puede usarlo las siguientes veinticuatro horas , bienvenida y que disfrute su estancia.

Luego se retiró con una sonrisa en los labios, la habitación me dejó gratamente satisfecha, amplia, moderna y muy acogedora, una cómoda cama kingzize y dos burós con una lámpara cada uno, un tocador, un clóset, una enorme pantalla, un mini Split, un ventanal corredizo cubierto con persiana de control remoto, y un espejo en el techo, Ana me había dicho que todo se debe filmar, así que le pedí una copia para mí, el baño a todo lujo, de metal cristal y mármol, estaba bastante nerviosa y al mismo tiempo emocionada, a mí amiga le dije que no sería capaz de engañar a mi marido y ella sabe que tengo razón, mis amigos me tienen en un concepto de una persignada, aunque varios de ellos atrevidos me han dicho que tengo las piernas muy bonitas, "piernotas" como ellos les dicen, y que no pierden la esperanza de algún día poderme tocar, reconozco que aunque no he sido infiel acostándome con ellos, les he permitido a uno que otro acariciarme las piernas de una forma por demás lasciva y con uno o dos me he besado de lengua mientras me acarician los muslos, mis labios, mí cuello y garganta han sido besados y mordidos por discretos compañeros, me calienta que me digan cosas sucias mientras me besan metiendo las manos bajo mi falda, solo uno ha podido frotarme el panocho bajo la panti cuando nos besamos pero, solo eso, sin introducir ninguno de sus dedos, también hubo una compañera con la que me besuqueaba pero ya renunció, ella llegó a lamer mi panti y mis muslos, toda esa rutina de adrenalina y deseo me trajo hasta HotWife, hubiera querido que mis compañeros de trabajo fueran los que me cogieran pero Ana comentó muy sabiamente que luego ellos querrían hacerlo en pleno trabajo y sería blanco de sus acosos sexuales.

Abrí la puerta nerviosa e intrigada por saber quién sería mi cogedor esa tarde, mí sorpresa fue de total asombro, me quedé paralizada al ver al apuesto jovencito de escasos veinte años, veintiuno para ser exacta, lo sé bien porque el chico que había tocado la puerta era ¡¡ Omar mi hijo!! Ambos nos quedamos helados sin saber que decir o hacer, quietos, de todo lo que imaginé al llegar a HotWife nunca fue algo como aquello! No traté de fingir, sabía perfectamente que Omar sabía del motivo de mi presencia en ese privado y seguramente el es uno de los tantos que dan el servicio, ¡jamás lo hubiese imaginado de el! Tan serio y reservado en casa y con la familia.