Cuadrado Amoroso

Capítulo 2: El club de fútbol

La mañana se me hace un poco larga, pero Byron siempre está conmigo para hacerme compañía y echarme una mano mientras me intento adaptar a lo distinto que es Corea de Italia. En algún momento, a la salida de clase, empezamos a hablar de fútbol y él me cuenta que juega como centrocampista en el equipo del instituto, pero que este año se han quedado sin gerente porque se ha graduado.

—Podría serlo yo —comento y él me mira con una mezcla de sorpresa y entusiasmo—. Ya era gerente en el equipo de mi instituto en Italia, no creo que esto vaya a ser muy distinto.

—¿En serio? ¡Genial! Seguro que Changsu se va a alegrar un montón —responde y señala uno de los edificios que hay a la derecha del principal—. El club de fútbol está por allí.

Caminamos juntos hasta el edificio, un polideportivo con vestuarios, varias salas y un campo de fútbol interior. En la puerta de una de las salas, veo un cartel que pone "Club de fútbol" y Byron entra, apartándose para dejarme pasar.

—¡Eh, Changsu! Ven un momento, que quiero presentarte a alguien —dice y un chico de pelo negro rizo con unas gafas en la cabeza se gira hacia él.

—¿Qué pasa, Byron? —pregunta. Dos segundos después, parece darse cuenta de que su amigo no viene solo y me mira con curiosidad—. ¡Anda! Hola, creo que todavía no nos conocemos. Me llamo Changsu Choi y soy el capitán del equipo de fútbol.

—Yo soy Stella, es un placer —me presento, un poco incómoda.

—Se acaba de incorporar a mi clase y me ha dicho que le gustaría ser gerente del club de fútbol —añade Byron, apoyando una mano en mi hombro. Changsu me mira sorprendido y sonríe.

—Pues qué bien, has llegado justo a tiempo porque este año nos hemos quedado sin gerente —me dice, complacido—. Ven, deja que te presente a los que están aquí.

—Maldita sea, Claude, eres un imbécil —escuchamos gritar a un chico al otro lado de la puerta. Su voz me resulta familiar, pero no soy capaz de ubicarla.

—¿Qué habrán hecho ahora? —pregunta Byron y la calma con la que habla, me deja claro que conocen a la voz y que es un comentario habitual.

La puerta se abre y me giro con curiosidad. Mi mirada se cruza con un chico pelirrojo que va acompañado de una cabellera plateada que ya conozco y no soy capaz de ocultar mi sorpresa. Con la cantidad de institutos que hay en esta ciudad y teníamos que coincidir justo en este.

—¿Bryce? —digo, llamando la atención de los cuatro chicos. El pelirrojo me mira con curiosidad, es como si supiera que no me conoce y no entienda que Bryce sí.

—¿Stella? —añade mi conocido, aún más sorprendido que yo—. No sabía que estudiaras aquí.

—Tampoco lo sabía yo hasta esta mañana —respondo, con una sonrisa nerviosa—. No se me había ocurrido que podíamos acabar en el mismo instituto.

—¿Quién eres? ¿Y de qué os conocéis? —pregunta el pelirrojo, molesto.

—Stella está en mi clase y va a ser la nueva gerente de nuestro equipo —interviene Byron, intentando poner un poco de tierra de por medio.

—¡Ah! Guay —dice Claude, dedicándome una sonrisa, y se gira hacia Bryce—, pero ¿de qué la conoces? ¿Desde cuándo tienes amigos que no conocemos?

—Claude, déjame en paz —le responde Bryce de mal humor. ¡Vaya, qué extraño! Con lo agradable que fue ayer conmigo...

—Discuten muy a menudo, son como niños pequeños, pero es mejor que no les hagas caso —dice Byron en voz baja.

—Venga, todo el mundo a entrenar —ordena Changsu. Él no quiere hacer esperar a su capitán y me dedica una última sonrisa antes de irse al vestuario.