El abandono de una madre siempre ha ocasionado traumas en los niños, así como acciones y palabras. Eda ha tenido que lidiar el hecho de ser huérfana toda su vida para poder encaminar su propio destino, no obstante, la llegada de un importuno chico c...
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- 2017 -
La obscura frialdad en mi habitación me recordaba lo sola que he estado en estos diecinueve años de vida; abandonada en un orfanato, sin familia que me espere, sin oportunidades de vivir y sin conocer a lo que me enfrentaré dentro de una semana.
Refunfuñe al escuchar aquellas pisoteadas firmes acercarse a mi piso, de a un golpe la puerta se abrió, el responsable se encarga de abrir con brusquedad las percianas, divagar por toda mi diminuta alcoba y decir:
—Te estamos esperando en el desayunador ¿No piensas bajar?
La verdad es que no.
—En un momento voy —prometo al tiempo de incorporarme y tallarme los ojos.
—Espero que no hayas olvidado el compromiso de hoy Eda.
Eda fue el nombre que me otorgaron las madres. Cuando me encontraron merodeando por las calles sólo sabía decir ”Ela" así que lo compusieron cambiando la "l" por la "d".
Qué ingeniosas.
—No —bostezo —. Estaré lista en unos minutos.
—Eso espero —suspira —. Eres la mayor, recuerda que tienes que dar el ejemplo.
—Sí, lo siento, es que estuve hasta tarde con la maestra Amelia que no me di cuenta de la hora...
Una risa curiosa se hizo presente; Jojo entraba carismática a la habitación, con el pelo revuelto salta a la cama dejando ver aquellas ventanas en su boca.
—La madre Lili dice que vendrá el Hada de los dientes y me dejará un regalo —sonríe presumiendo los huecos.
Veo a la superior, ella sonríe y me guiña un ojo, regreso atenta a la rubia que me es imposible no atrapar su alegría; Jojo siempre ha sido una niña risueña y con mucha energía.
—¡Eso suena genial! —chillo de emoción.
—Eda ¿Tú eres un hada? —se acurruca en mi pecho.
—¿Qué dices? ¿Cómo Tinkerbell? —río.
—Sí, las demás niñas dicen que tu nombre es como la de un hada.
Ni siquiera había notado que existía similitud en las palabras. Juego con su enredado cabello y le plasmó un beso en la frente, ella sonríe y me ve con esos enormes ojos azules.
No sabía que responder.
—Bueno, Jojo, vamos al comedor la madre Lili tiene que peinarte —se apresura a decir.
Jojo inmediatamente se aferra a mi pecho, mientras negaba constantemente.
