El abandono de una madre siempre ha ocasionado traumas en los niños, así como acciones y palabras. Eda ha tenido que lidiar el hecho de ser huérfana toda su vida para poder encaminar su propio destino, no obstante, la llegada de un importuno chico c...
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Jungkook —¿Es aquí? —me ve Namjoon.
—Sí —afirmo después de ver el nombre del internado en una placa grande en la entrada.
—Sabes, para ser un chico apuesto, llegas a tener obsesiones raras. Mira que fijarte en una chica huérfana deja mucho que desear de ti.
—¡Kim SeokJin! ¡Cierra la boca! —grita Jimin —. Jungkook sólo tiene curiosidad.
—¡Claro! —ríe con sarcasmo el castaño.
—Taehyung, eres el menos indicado para burlarse.
—No me burlo, ¿pero no creen que vernos así es ridículo? Sólo míranos, estamos sospechosamente afuera de un orfanato, esperando a una chica cuyo nombre no sabemos y que Jungkook sólo ha visto una vez ¿Entiendes?
—Jungkook, Tae tiene razón, ¿Cómo piensas llegar y preguntar por ella?
—Hobi tiene un buen punto Jungkook, ni siquiera sabes su nombre ¿Qué tanto esperamos?
La verdad ni yo mismo lo sabía. Después de conseguir la dirección sólo me decidí a subir al auto y conducir hasta aquí, pero a comparación de esa vez, era de noche y sólo contemplé las instalaciones, después de unos días los chicos me atraparon subiendo al coche cuestionando mis acciones, tuve que confesarles lo que tenía pensado hacer, lo que ocasionó que ellos se unieran a mi dichosa aventura. Para mí mala suerte, no había contemplado esos pequeños detalles de los que hablaban.
No obstante, antes de que mencionarán algo más, simplemente bajé y me dirigí al gran portón. No estaba seguro de lo que quería hacer, mi plan principal era venir, y vigilar por si salía, pero sólo era eso. ¿Que debería decir?
¿Usted conoce a una chica así, de este tamaño? De cabello café, largo y precioso...Tiene unos ojos encantadores y una sonrisa tierna...
Era ridículo.
Toqué una... Dos... Tres veces.
Nada.
—Al parecer no hay nadie —dije encontrándome con mis amigos.
Decidí que volvería otro día. La espera no tardó cuando estacioine el auto y salí admirando por tercera vez el pequeño edificio.
—Sabes que tienes un vuelo en una hora ¿Verdad? —lo ignoro —¿Qué hacemos aquí? —cuestiona.
—Tranquilizate Taehyung, será rápido.
—Tu padre te matará si no tomas ese avión —advierte.
—Lo sé, no tardaré —aseguro.
Antes de que mi amigo pudiese decir otra cosa, ambos escuchamos como el rechinido de aquel portón se abría, dejándonos ver a la principal razón por la que había venido.
