En la que una costurera y un vizconde navegan juntos por la vida en Londres.
Un segundo, Octavia Corbynn salva a un chico de la muerte. Al siguiente, ese mismo chico está viviendo con ella, rociando vapores de flores y abriéndose camino en su coraz...
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Sentado en la parte trasera de un carro de transporte de ovejas, respaldado por paja y heno, me preguntaba cómo había llegado mi vida a esto.
A mi alrededor, a ambos lados, estaban Enola y Tewkesbury, Enola mirando tranquilamente a lo lejos mientras Tewkesbury parecía preguntarse lo mismo.
Cabalgábamos por las colinas, charlando de vez en cuando, pero, en su mayor parte, el trayecto permanecía en silencio, con el único sonido del piar de los pájaros.
La apacible campiña acabó despidiéndose, desvaneciéndose en las afueras suburbanas, y luego en la bulliciosa ciudad de Londres.
A nuestro alrededor, la vida se encendía. Las gallinas volvían a los gallineros y las madres, atareadas, cuidaban de sus hijos.
El carro se detuvo y Enola se bajó, se puso la gorra en la cabeza y se quitó el polvo de la ropa.
"¿Así que aquí es donde nos separamos?" Tewkesbury frunció el ceño mientras Enola inspeccionaba su nuevo entorno.
"Así es". Suspiró.
"¿Seguro que no queréis seguir juntos?". Pregunté: "Podría ayudaros a los dos fácilmente".
"Tengo mi propia misión". Agitó la mano con desdén. "Pero gracias por la oferta. Cuida de Tewkesbury por mí, Dios sabe que lo necesita".
Me reí mientras Tewkesbury fruncía el ceño, pero aun así se despidió de Enola. El carro se puso en marcha y Enola desapareció entre la multitud.
"Quedamos los dos solos, supongo". dije solemnemente, antes de continuar. "¿Tienes algún destino exacto en mente? ¿O vas por libre?"
"De hecho, sí". Sacó un trozo de papel andrajoso del bolsillo de su chaqueta. "Mercado Convent Garden".
Señaló un edificio muy familiar en el papel. Me alegré al reconocer el establecimiento.
"¡Oh, conozco ese sitio! Vivo un par de calles más abajo. Puedo ir andando en 5 minutos, y lo hago todas las semanas". exclamé con júbilo.
"¿En serio?" Le brillaron los ojos. "Entonces nos veremos mucho más a menudo. Pienso buscar trabajo allí".
Se me ocurrió una idea repentina.
"¡Tengo una habitación libre! Si piensas buscar trabajo en el mercado de Convent Garden, podrías llegar en 5 minutos, mucho más cerca que otros alojamientos de los alrededores". Charlé con entusiasmo. "Tengo suficientes instalaciones para al menos 3, así que debería estar bien".
Se sonrojó ligeramente, presumiblemente ante la idea de vivir con una chica. Al ver esto, me apresuré a modificar mi declaración anterior.
"O-uh, por supuesto, si deseas ser como Enola, podrías rechazar mi oferta y vivir por tu cuenta," murmuré, "Si quieres t-"
"-Me lo... eh, me lo pensaré". Dijo, con los ojos concentrados en sus zapatos y negándose a mirarme. "No es que no me guste tu oferta, bueno, eh, por no decir que yo...".
