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Lo haré por mi cuenta ahora.
Ahora que estás solo.
Te busqué un clon ahora.
Anne había sido su primer amor, y su primera amistad, había sido su primera vez en todo. Tanto que también recuerda la primera noche donde hicieron su pacto de amor.
Su primera vez.
— ¡Ese verso me está juzgando! — sacaba a Eddie de sus pensamientos, sabía que estaba pensando en otro momento de él y ella.
Evitaba a toda costa que él pensara en su ex, tenía que hacerlo como buen amigo fiel que era.
Eddie recordaba muchas cosas de ella. Su rostro, su cabello, su cuerpo, su piel, esa primera vez que habían tenido había sido mágica. La recuerda como si hubiera sido ayer.
— Ayer estabas llorando.
— ¿Puedes no estar recordándomelo cada cinco minutos?
— ¿Podrías no recordar cada cinco minutos a tu ex?
— Tengo razones.
— Yo también tengo razones para molestarte, idiota.
— ¡Idiota tú! — gritó molesto. El simbionte reía a carcajadas en sus adentros, era divertido ver molesto a Eddie.
— Cuando te enojas, me recuerdas a un pequeño niño.
— ¿Por qué?
— Porque te ves ridículamente infantil. — volvió a reír a carcajadas.
Eddie no evitó sonreír un poco, estaba en su computadora escribiendo y gracias a los chistes de su amigo no podía concentrarse, estaba un poco feliz.
— Tú sonrisa es muy linda.
— ¿Tú crees? — se miró en un espejo de bolsillo.
— Hay muchas cosas que te hacen ver lindo, Eddie.
Un notable sonrojo se apoderó de las mejillas del humano, no esperaba ese tierno piropo.
— Gracias, V. — sonrió ampliamente.
Quería mantener esa felicidad todos los días, se sentía bien estar feliz y no lo sabía. Al fin podía sonreír después de tanto tiempo, pensaba que no lo haría nunca más.