Cada vez era peor: me sentía cansada, me aislaba más de mi familia, evitaba planes con mis amigos, evitaba el sexo, evitaba lo que antes me gustaba, criticaba a las personas, me alejaba de ellas sin sentido. Todo seguía igual. Yo ni por enterada me daba, tenía excusa para todo, tenía una explicación lógica para todo, pensaba que todo era normal para mi y que así era mi vida..