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ChanYeol miró la dirección que había garabateado de arriba abajo en el letrero, luego hacia abajo a la dirección y luego hacia el letrero de nuevo.

Se maldijo a sí mismo en su cabeza.

Club Kasa. Era el club más exclusivo para “solamente miembros” en el centro de Shinjuku. ¿Cómo se suponía que iba a recoger allí a un hombre, mucho menos incluso entrar en el exclusivo club?

Sacudió la cabeza. Estaba desesperado. Su jefe iba a enojarse con él si al menos no intentaba entrar. ChanYeol decidió darle una oportunidad y de esa manera, si los matones de la yakuza estuviesen cerca, podrían respaldar su historia de que había intentado y no había podido entrar en el club. Se alisó el cabello rosado hacia atrás con manos nerviosas y luego enderezó su camisa de vestir negra y sus ajustados vaqueros azules.

Estaba llevando la mejor ropa que tenía, pero aún estaba irremediablemente mal vestido para un lugar como el Club Kasa. Puso su mejor cara de póker y caminó hacia el gorila como si fuese el dueño del lugar.

Intentó no parecer intimidado cuando el gorila le frunció el ceño.

El hombre parecía un gorila de espalda plateada listo para arrancarle los miembros por invadir su territorio.

—Choi Juwoon — recitó ChanYeol uno de sus alias y metió los pulgares en las presillas de su cinturón. Estaba intentando verse genial y desinteresado, como si perteneciese a este sitio, en lugar de estar temblando en sus zapatos como el niño que realmente era.

El gorila ojeó algunos papeles antes de detenerse en uno. —Estás en la lista. Entra. —Soltó la cuerda de terciopelo y la sostuvo para que ChanYeol pasara.

ChanYeol jadeó durante un momento, incapaz de esconder su sorpresa.

—¡¿ESTOY?!

Se recuperó rápidamente. —Ah, por supuesto que estoy. Muchas gracias, señor.

Saludó de manera casual y salió pitando hacia el interior del club antes de que el hombre pudiese cambiar de idea. Mentalmente, se golpeó a sí mismo. ¿En serio había dicho eso?

Gah. Miró alrededor del resplandeciente club sintiéndose irremediablemente fuera de su elemento. Sacó la foto de su objetivo y la miró de nuevo. El empresario era moreno, muy guapo y mucho más joven que el objetivo habitual. Su nombre era Oh SeHun, y debería estar en algún lugar por aquí si la información de su jefe era buena.

ChanYeol escaneó el interior del club. Estaba lleno de trajes; la crème de la créme de la élite de negocios de Shinjuku. Muchos estaban hablando entre sí con hermosas mujeres jóvenes de aspecto aburrido en sus brazos. El club estaba dividido en múltiples habitaciones más pequeñas, con mesas y sofás esparcidos. Realmente apestaba a dinero.

Se decepcionó al ver que no había pista de baile. Eso seriamente iba a ser un problema. Bailar era el 90% de su técnica de seducción; desde luego no lo era su don con las palabras. ChanYeol suspiró considerablemente. También podría conseguir una bebida y echar una mirada alrededor. El hermoso joven se acercó sigilosamente al bar y echó un vistazo a la carta de bebidas. La miró con incredulidad. No había precios. Aparentemente estas personas eran tan ricas que no necesitaban preocuparse sobre cosas tan insignificantes como los precios como los comunes mortales. Hizo una alocada conjetura y pidió lo que sonaba como una cerveza barata.

El camarero asintió con la cabeza. —¿Carnet de socio, señor?

ChanYeol sacudió la cabeza. —Pagaré en efectivo.

Las oscuras cejas se elevaron un poco, pero el camarero no se opuso y ChanYeol estuvo aliviado, hasta que le deslizó la cerveza y pidió 25.000 yenes. ChanYeol intentó no hacer una mueca de dolor. Apenas tenía lo suficiente para cubrirlo y una pequeña propina.

𝘤𝘦𝘣𝘰 || 𝑠𝑒𝑦𝑒𝑜𝑙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora