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Taehyung tenía trece años y Jungkook tenía dieciocho años.

La familia Kim se encontraba cenando cómodamente mientras compartían anécdotas agradables sobre sus lugares de trabajo, la escuela y su día con sus amistades. Aquel día, Yunseo se había esmerado preparando la cena, pues en el centro de la mesa se podía encontrar desde carne al horno, verduras asadas, arroz cocido, kimchi, fideos cocinados e incluso una deliciosa tarta de frutos secos.

—Todo está delicioso, mamá. —halagó su hijo mayor mientras un poco más de arroz y kimchi en su plato.

Yunseo sonrió amorosamente y soltó un suspiro encantada.

—Lo mejor para mi hermosa familia. —habló y tomó la mano de su esposo. —Tanto su padre como yo sabemos que se han esforzado en la escuela y en sus pasatiempos, han sabido mantenerlo bien y no descuidar uno y otro, por eso es que queremos hacerles una sorpresa.

Jungkook soltó su tenedor con cautela y observó a su madre, enarcando una ceja. Taehyung se veía más emocionado e ilusionado, con su bonita expresión relajada y sonrisa reluciente.

—¿Pueden imaginárselo? —preguntó Minho. —Apuesto a que no.

—¿Un viaje? —cuestionó Jungkook con interés.

—¿Más clases de pintura? ¡Por favor!

Todos en la mesa soltaron una carcajada por la ocurrencia del menor.

—Por favor, más clases no, enano. —se quejó Jungkook y despeinó el cabello del menor ganándose una queja.

La conversación continuó con ambos hijos intentando adivinar la sorpresa y fallando en cada uno de los intentos. Molestos y rendidos, ambos pidieron que les contaran de una vez de que se trataba.

Jungkook se sentía intranquilo, por más que mirara a su madre emocionada, la tranquilidad de su padre lo tenía algo alterado.

—Ambos ya están grandes, mis preciosos adolescentes, es por eso que su padre y yo tomamos una decisión. —comenzó Yunseo, tomando un sorbo de su vino favorito. —Sabemos que la privacidad es importante a sus edades por eso decidimos que es hora de que tengan su propia habitación, ¿no es genial? Es algo que ya veníamos planeando hace tiempo, pero ya saben, han habido gastos grandes en estos últimos años.

Jungkook parpadeó un par de veces, decepcionado de la decisión de sus padres. Él no se sentía incómodo compartiendo habitación con su hermano menor, al contrario, le agradaba la compañía y lo desastroso que quedaba la habitación luego de que Taehyung hiciese alguno de sus dibujos o pinturas. No necesitaba más privacidad, se negaba a tenerla si el precio era no tener a Taehyung más.

El menor se encontraba distante, perdido en el mar de pensamientos que analizaban la declaración de su madre. No le parecía importante tener su propia habitación, jamás deseó tener una propia, sabía por Jimin que era genial tener su propio espacio pero jamás le pareció importante si su compañero era Jungkook y él amaba compartir espacio con su mayor.

—Cualquier adolescente estaría emocionado por la noticia, ¿qué les pasa a ustedes dos? —inquirió Minho, mirando a Jungkook y después a Taehyung.

—¿Ampliarán la casa? ¿Dónde estará la habitación extra?

—No, no. La habitación de invitados será convertida, lo decidimos. Es espaciosa y la gran ventana deja entrar buena luz natural, creemos que será buena para Taehyung y sus obras.

—¿Y los invitados? ¿Dónde se quedarán los abuelos? ¿De verdad creen que es buena idea?

Yunseo río y Minho enarcó una ceja, dudoso y curioso de la reacción de su hijo mayor.

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⏰ Última actualización: Jan 31, 2023 ⏰

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