¿Simple Acuerdo? (Levihan)

Capítulo 4

El viento soplaba suavemente provocando que  las ramas de los árboles se mecieron  a su compás, generando cierta tranquilidad en la joven castaña, quien se perdía en dichos movimientos.

No sabía cómo llego a este maravilloso lugar, solo sabía que se sentía en casa, segura. A pesar de nunca haber vivido en un lugar como en la que estaba ahora, donde se podía escuchar el canto de las aves, los pequeños movimientos de lo que creía que eran conejos, incluso cuando  llegaba a concentrarse podía lograr escuchar el agua cayendo del pequeño arroyo  cerca de la cabaña. 

Aquella  hermosa y acogedora cabaña rodeada de espesos y gigantes árboles, con la naturaleza rodeándola, era el santuario que ella necesitaba justamente estar, desde su sitio en el centro de la sala a unos metros de la chimenea encendida con cálidas y ardientes llamas, Hange  podía pensar en todo lo que le estaba pasando, más por mucho que diera vueltas en el asunto no podía hallar una soluciòn.- desearía que estuvieras aquí.- pidió su corazón, ella quería que aquel hombre misterioso estuviera a su lado, con ella, no le importaba si no lo conocía o siquiera le dirigiera la palabra, ella solo necesitaba su presencia,pues  seguramente aquella seguridad que le generaba  era lo único que le faltaba a Hange para tomar una decisiòn. Pero por mucho que espero aquel hombre nunca apareció logrando desanimarle , pero en el fondo de su ser sabía que esto podía ocurrir, los sueños nunca son certeros, si bien estuvo soñando con él por un tiempo, eso no aseguraba que apareciera hoy.

Ufff.-un bufido de cansancio se le escapó .- no creía que dentro de un sueño uno podría cansarse, pero nuevamente recordó que el campo de los sueños no era algo del cual tuviera un gran conocimiento. Resignada se acostó en aquel acogedor y liso piso de aquel nombrado recientemente "Su refugio mental".

.

.

.

Una semana después

El característico sonido irritante de su alarma, la sacó de aquel sueño sin sueño. En cuanto puso un pie fuera cama un cansancio tanto físico como mental la aturdió.

Realmente necesitaba un buen descanso, pero lamentablemente eso era algo que en este momento ella pudiera disfrutar. La propuesta de matrimonio seguía rondando su mente, si dejara de lado todo lo sentimental , ella sabía que aquel matrimonio realmente beneficiaria ambas empresas, y con el apoyo ahora de su esposo (no es que lo necesitara) podía costear aquellas investigaciones costosas que pasaria a su pupilo Armin, una mente muy capaz, ya que lamentablemente no iba poder continuar. Pero aun así con los beneficios a la vista, pidiendo ser tomados como un pirata a un cofre lleno de oro y joyas, ella se negaba ha aceptarlo, pues si lo hacía perdería todo lo que la caracteriza, todo su esencia. Ella dejaría de ser Hange Zoe la gran científica loca e increíblemente inteligente con una personalidad egocéntrica, para convertirse en solo una vasija de su persona moldeada para ser la esposa perfecta, para posteriormente convertirse en la madre perfecta  generando aquel "perfecto e ideal matrimonio" con el que Zeke y su madre soñaban  e idealizaban. 

La canciòn de fiesta pagana del mago de oz del tono de su teléfono, logró sacarla de sus pensamientos, al coger su móvil para ver quien la llamaba, era nada menos que su mamà.

Maldiciòn.- realmente ella no quería escuchar en este momento a su madre, pero sabía que si no contestaba seguiría llamando o en el peor de los casos se aparecería en su departamento  y eso sería mucho peor, ya que no pararía de llamarle la atenciòn por la "pocilga" que era su cuarto y seguiría discriminando su humilde departamento que segùn ella no estaba a su nivel y de seguro volvería a tratar de convencerla de que aceptara el departamento comprado de sus padres para ella, cosa que no aceptaría, pues si bien este era un no tan extravagante lugar como el que su madre estaba acostumbrada, era SU cálido hogar, uno que ella pagó con el sudor de su frente.