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Los tres llegaron al departamento y bajaron con precaución las maletas que llevaban. Esto ya lo habían hecho varias veces pero aún así seguían teniendo cuidado, además de que últimamente la policía rodeaba los edificios por las mañanas y noches.
Mingi tomo aquellas maletas y enseguida se dirigió a la puerta para entrar.
Seonghwa se encargó de estacionar la camioneta mientras que San seguía al de mechones azules para ayudar a acomodar todo lo que habían conseguido.
Entraron y enseguida bajaron al sótano donde se encontraban las demás joyas que se habían robado de tantos lugares. Literalmente ahí tenían media joyería de la ciudad.
Ese lugar le fascinaba a Mingi, ver cómo pudo haber conseguido tanto sin siquiera hacer mucho esfuerzo aunque claro, sabía muy bien que sin San y Seonghwa no lo habría logrado.
Abrió un cajón para depositar aquellas finas piezas. Cada que tocaba una la observaba desde todos los ángulos, le gustaba el brillo de cada una.
Los diamantes y rubíes eran sus favoritos.
San lo miraba raro aunque sabía que Mingo era muy fan de los joyas tan costosas.
-Apresúrate a guardar las demás- ordenó el de mechones azules. San ya lo estaba haciendo que ni siquiera se había dado cuenta por estar apreciando esas piezas brillosas.
Terminaron y guardaron los cajones. Aproximadamente ya tenían entre quince y veinte, ¿cuántas joyas? ni ellos sabían pero tenían demasiadas.

Subieron de nuevo para cenar algo, venían algo cansados aunque fue tarea fácil. Las noches eran muy sencillas cuando ya estaban por cerrar, aún así se tenían que esforzar para no ser atrapados.
-¿Iremos a "celebrar"?-. preguntó Seonghwa esperando una respuesta, San miró a Mingi.
-Si ustedes quieren, vayan-
contestó serio. Los dos miembros se quedaron confundidos, sin duda algo le pasaba a Mingi. El después de cada atraco donde hubieran tenido éxito, siempre se iban al bar para "celebrar". Esta vez se les hizo extraño de su parte pero recordaron que hace días atrás ya andaba actuando de manera inusual.
Mingi solo pensaba una cosa y era "no puedo estar con alguien más cuando solo quiero ver a Hongjoong" enseguida negó esos pensamientos, ni el sabía que decía en su mente. Sus sentimientos estaban ganando esta batalla de no querer sentir nada, era inútil. Nunca se negaba a nadie pero esta vez lo haría con el castaño que lo estaba volviendo loco. Esa maldita sonrisa era lo que lo tenía mal, pensar en ello lo derrumbaba. Entonces pensó que si no quería sentir nada y acabar con esto de una vez, tenía la oportunidad de ir de fiesta y pasarla bien para olvidarse de Hongjoong.
Su mente decía eso, pero su corazón decía todo lo contrario. Era una batalla consigo mismo.
-Está bien, iré con ustedes-. Agregó y los dos chicos enseguida se emocionaron.
Después de cenar se fueron a celebrar dónde estaba muy asegurado que Mingi se la pasaría muy bien.

Después de cenar se fueron a celebrar dónde estaba muy asegurado que Mingi se la pasaría muy bien

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-Lo de siempre por favor-. Ordenó San y el bartender enseguida comenzó a preparar los tragos para los tres chicos que de encontraban en la barra.
Era muy frecuente que fueran así que el señor ya los reconocían, se llevaba muy bien con ellos. Lo que no sabía era que eran amigos aunque los veía como hermanos.
En cuanto los tragos fueron preparados los tres tomaban y así sucesivamente por quién sabe cuántas veces.
Mingi ya se encontraba en un estado donde no se conocía ni a el mismo, todo daba vueltas para el pero era una sensación que lo hacía sentir bien. Miró a lo lejos a una chica que lo observaba desde hace minutos así que se acercó y la tomó de la mano para bailar. La música era movida así que solo eran pasos aleatorios sin coordinacion.
De un momento a otro la música fue siendo
lenta como para bailar cuerpo a cuerpo. Mingi sin dudarlo acercó a la chica hacia el tomándola de la cintura. Esta le siguió el juego y puso sus brazos al rededor de su cuello. Había algo que le llamaba la atención y es que se había dado cuenta que era castaña por un momento abrió y cerró los ojos pues juraba haberla visto de cabello negro.
La tensión iba subiendo al punto donde sus respiraciones se unieron. Mingi ya sabía perfectamente lo que la chica quería así que se lo cumplió. La tomó de la mano para llevársela hacia los baños y es ahí donde todo ocurrió.
La castaña sin dudarlo comenzó a besar a Mingi hasta dejarlo sin aliento, este también le seguía el juego. Seguían en lo suyo pero había algo que incomodaba al de mechones azules, todo estaba bien hasta que de nuevo vino a sus pensamientos la cara de Hongjoong. Se alejó por unos instantes de la chica, ella no sabía que pasaba mientras que Mingi trataba de lidiar con sus pensamientos.
Volvió a besarla ahora con más pasión, buscaba de alguna manera dejar de pensar en el castaño de linda sonrisa pero nada se lo resolvía mucho menos estar con alguien del mismo tono de cabello.
Después de darle lo que quería salió de inmediato, se dirigió por más tragos y el resto de la noche la pasó con San y Seonghwa.
Ellos claramente sabían de dónde venía así que no se preocuparon, sabían lo que Mingi hacia además ese no era asunto suyo.
Después de tanta locura, decidieron regresar al departamento para poder descansar tranquilamente.
Había sido una noche larga donde obviamente se la habían pasado muy bien y sobre todo Mingi.
Los tres en cuanto llegaron cayeron rendidos en sus camas, no podían con el sueño que sentían. Sin más que decir se fueron a dormir.
Mingi se sentía aún algo tomado pero seguía consiente de lo que ocurría.
Volvió a recordar lo que sucedió con aquella chica castaña, sí, se la había pasado bien con ella pero seguía inconforme con algo. Se imaginó como sería si eso hubiera pasado con Hongjoong. Ahora no solo vería su sonrisa, quizás vería más que eso.
La idea lo puso bastante caliente que hizo que algo se despertara en el.
-Mierda Hongjoong, ni siquiera te he tocado y esto me provocas-. Dijo para si mismo pero tenía todas las ganas de que eso algún día sucediera. Calmó sus pensamientos obscenos y mejor decidió dormir.
La verdad es que lo que sentía se iba haciendo realidad quisiera o no, sus sentimientos ya habían sido desarrollados por Hongjoong y no había vuelta atrás.
Le costaba aceptarlo pero ya era demasiado, el hecho de que lo extrañara sin ninguna razón no era normal, pensar en el todo el tiempo tampoco lo era e imaginar esas cosas con el, definitivamente nada de eso era normal.
Mingi quería verlo una vez más, sabía que eso lo volvería adicto. Le importó una mierda en ese momento así que se decidió que al día siguiente lo iría a buscar a la cafetería.
Se acomodó sobre su cama quedándose poco a poco dormido. Lo ponía feliz saber que al día siguiente lo vería de nuevo así que eso lo calmó.

𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓  |  𝐌𝐈𝐍𝐆𝐉𝐎𝐎𝐍𝐆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora