enzo fernández

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Alguien "normal" podría decirle a
Neymar que está demente, pero a él le
importaría muy poco.
Anotarse como ayudante del equipo
de fútbol (Lo que implicaba lavar
sus apestosas camisetas y toallas)
solamente para poder ingresar
sin impedimento alguno a sus
vestidores y observar de cerca sus
siguientes posibles presas, era algo
que sus mejores amigos habían
calificado como "descabellado".
Pero, como anteriormente se
mencionó, a Neymar le importaba
realmente muy poco.
No era absolutamente nada
divertido tener que cargar con una
asquerosa maloliente mochila llena
de toallas y camisetas sudadas portodo el pasillo de la universidad y después tomar un remi en dirección
a la lavandería más cercana,
pero todo era gratificantemente
recompensado en el momento en
que sus compañeros ingresaban
a las duchas después de jugar ya
medio vestir.
Neymar sabía cómo disimular a la hora de pasar cabina por cabina
en busca de sus prendas sucias y
al mismo tiempo, echar una breve
mirada a los musculosos cuerpos de cada uno de los jugadores.
Mbappe no había recibido
información falsa. Todos estaban
considerablemente dotados... pero ninguno llegaba a sorprender.

Incluso había tenido que descartar
a Lionel de su lista en el momento
en que se supo que empezó a salir
con un chico de intercambio recién
ingresado. Así que su búsqueda
continuaba tranquilamente, o al
menos así fue hasta que apareció
Enzo Fernández.
Quién demonios era Enzo
Fernández?
Enzo Fernández era otro más
de aquellos estudiantes de
intercambio que habían ingresado
a la universidad a aquellas alturas
del año.
Un niño bueno, educado,
inteligente, aburrido, en exceso
respetuoso.. un cerebrito, ratita de
biblioteca, entre otros calificativos
algo más graciosos. Usaba
unos grandes lentes redondos,
pantalones muy anchos y se
abotonaba la camisa hasta el cuello.

También usaba suéteres
increiblemente grandes y con
cuello de tortuga. Enzo Fernández
era el típico tipo de chico que jamás
mostraba más piel de la necesaria.
No habia absolutamente nada que
ver con este chico (Que de hecho,
desconocía de su existencia) hasta
que Enzo Fernández se vió obligado
a hacer parte del equipo de fútbol.
Contrariamente a lo que todos
pensaban, Enzo Fernández
era increíblemente bueno en
los deportes, tan solo odiaba
practicarlos, pero las chicas de
toda la universidad enloquecieron
cuando el muchacho se dejó ver
por primera vez con el uniforme
del equipo puesto.
Y Quién diría que una simple ratita
de biblioteca podría tener tales
muslos gruesos, fibrosos y brazos
dignos de un modelo.

Si, ni siquiera Neymar se habría dado
cuenta de ellos de no ser porque
el chico necesitaba ganar puntos
extras en el área de gimnasia y
educación física, ya que era en lo
inico en lo que no destacaba.
Desde ese dia, Enzo Fernández no
pudo tener sus momentos a solas
en la biblioteca cada tarde, pues
las chicas le perseguían hasta en el
almuerzo.
Sin embargo, Neymar, aunque podía
admitir que el chico tenía una cara
que podría derretir los polos y
unos brazos en los que te quisieras
morir lentamente, no lo encontraba
demasiado llamativo y eso era
debido a que era un mojigato; el
chico esperaba a que todos sus
compañeros de equipo saliesen de
las duchas para poder ingresar y
hacer su aseo privadamente.
neymar no lo entendía, pero no le
importaba, o al menos asi fue hasta ese insignificante día en el que tuvo que quedarse hasta tarde recogiendo la ropa sucia de los jugadores.

El día anterior había faltado a la
universidad, y, por lo tanto, a sus
horas extras como ayudante del
equipo, por lo que la ropa sucia se
acumuló y se vió obligado a buscar
formas creativas de poder llevar
dos tandas a la lavandería sin morir  en el intento, así que decidió (Por mucha flojera que le diese) hacer dos viajes.
Y justo ahí, cuando volvía de la
lavandería por la segunda tanda,
que vió por primera vez lo que
se convertiría en el mayor de
sus deseos más oscuros; Enzo
Fernández se desnudaba de
espaldas, sin tener la más mínima
idea de su presencia y sin ser
pudoroso como Neymar se había
acostumbrado a verlo. Y oh, santo infierno.

Enzo Fernández era jodidamente
lo
más delicioso que Neymar había visto
en mucho, mucho tiempo.
Neymar ahora se podía sentir
identificado con aquellas chicas
que no lo dejaban ni en el
almuerzo.
Porque el chico era... era
Hermoso. Joder, se había quedado
sin palabras. Su piel no era
bronceada como la de los demás
jugadores, era muy pálida y se veía
verdaderamente tersa y apetecible.
Cada vez que se movia, incluso lo
más mínimo, los músculos de su espalda se flexionaban y salian a la
vista, viéndose tan imposiblemente
exquisitos que Neymar estaba
empezando a delirar. Se podía ver a
sí mismo lamiendo con dedicación
cada uno de esos preciosos
músculos pliegue a pliegue, quiere
pasar su lengua por todo ese
perfecto y tonificado cuerpo de dios
griego que le estaba causando un
dolor horrible en la...
- iAAAHH!
Neymar saltó en su lugar,
asustándose de modo que avanzó
un par de pasos al frente y se
resbaló gracias al agua regada por
todo el lugar. Cerró los ojos un
segundo, intentando recomponerse
y cuando los abrió, creyó haber
sido realmente muy buena persona
en su vida pasada, pues el enorme,
realmente enorme miembro de
Enzo Fernández era lo que estaba
frente a su rostro en el momento
que abrió los ojos.
"Madre santa, esos son mínimo
veintiséis..."
Sin embargo, tan pronto como
el chico terminó de ayudar a
levantar, se cubrió con lo primero
que encontró; la ropa que recién
se había quitado. Sus mejillas y
las de Neymar coincidieron para
ponerse rojas como tomates tan
pronto como se miraron a los ojos,
la diferencia es que Neymar tenía un par de pensamientos poco cándidos
en su cabeza, que eran la razón del
color en sus pómulos, pero Enzo
estaba en una situación totalmente
diferente, preocupándose más por
cubrir su cuerpo que por otra cosa.
- P-Perdón por haberte asustado...
- Susurró el chico, apartando la
mirada lo más posible. - P-pero
en mi defensa, vos me asustaste
primero.
El menor suelta una pequeña risita
torpe que hace que el estómago de
Neymar se sienta extraño. El chico
era una preciosidad, y tenía un
gran, gran, gran amigo allí abajo.
Neymar empezaba a mirar con otros ojos.

Estaba sin palabras, no sabía que
decir. Lo único que quería era
arrodillarse frente al pelinegro
semi desnudo frente a él y rogarle
que le dejara exprimir hasta la
última gota del orgasmo que Neymar
estaría complacido de causarle con
sus propias manos... quizás su boca
podría ayudarle.
E-estás bien? - Preguntó
Fernández, mirándolo con ojos
preocupados. No traía sus lentes,
y sus preciosos y grandes ojos de
conejo le estaban haciendo sentir
estúpido. Había conquistado
extranjeros desde Inglaterra hasta
Mogi das Cruzes y no podía abrir la boca
frente al cerebrito nuevo de la
Universidad.

Cuando estamos nerviosos decimo: tonterías, lo primero que se nos
viene a la cabeza en la mayoría
de los casos y quizá pasamos las
mayores vergüenzas de nuestras
vidas...
Pero Neymar sobrepasó el límite.

-Me dejas chupártela-

Noo Neymar por ahí no era😱

Falofilia Neymar & EnzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora