Capítulo 7:
–Por supuesto, pasen adelante. Nos invita a entrar en su oficina. Es mucho más decorada que la de mi jefe y más hogareña. Fotos de su familia, su esposa e hijos cuelgan en su escritorio como en las paredes. Papeles desordenados reposan en la mesa junto con una lámpara, lápices y una papelera en el fondo. El olor a cigarro con limón envuelve el lugar.
–Siéntense, ha sido un día ajetreado hoy, y probablemente en estos últimos días –dicho esto, mira a Alicia –tengo entendido que estabas desaparecida. ¿Qué fue lo que sucedió?
Ambas nos miramos y asentimos con la cabeza. Con naturalidad, como si dijéramos un chisme cualquiera, Alicia y yo le contamos todo lo que nos aconteció, durando un buen rato allí sentadas con el ligero olor a humo flotando en el aire. Le mostramos después la grabación de audio de Anna. (Del cual queda ligeramente sorprendido.) El video que capturó Alicia en el bosque tras ser perseguida, luego de contarle lo que presenció en la casa de alquiler antes de que Michelle fuera asesinada. (Tardo mucho en creer que el video era autentico, considerando lo terrorífico que fue y por el hecho de que haya sobrevivido.) Le dimos la carpeta con los archivos y fotos que me dio Cooper. (Al ver las fotos, no solo quedo atemorizado, sino que, para sorpresa nuestra, reconoció muchas caras, confesándonos que varios de esos niños fueron buscados por la policía durante muchos años. Que hubo investigaciones canceladas.) Después de ello nos quedamos en silencio.
–No puedo creerlo…
–Lo sé, todo es confuso –comenta Alicia –por eso venimos a usted, para que nos aclare lo que ustedes han investigado y nos explique las razones por las que cancelaron las búsquedas. Esperábamos que ustedes nos dieran respuestas.
–No, yo…me refería a que ustedes han traído las pruebas que necesitábamos para entender las extrañas pistas que se nos ha presentado en la investigación.
– ¿Así? Preguntamos al unísono.
–Claro, aunque no puedo negar que todavía no me entra a la cabeza la existencia de estos…seres.
Le ofrezco una sonrisa.
–Así estamos nosotras, sumándole al hecho de que nos han perseguido.
–Imagino que no fue una experiencia muy agradable. Dice en tono jocoso, para sacarle la tersidad del ambiente.–No, para nada –responde Alicia, estremeciéndose –si no fuera por eso, tal vez habría ayudado a Michelle o los habría avisado a tiempo; pero por el condenado susto perdí mi teléfono en aquella casa antes de huir al bosque…
–Entiendo, entiendo… –se queda en silencio, pensativo –aunque la grabación de audio de Anna confirma lo que sospechábamos de esa gente, tengo un amigo en la CIA que yo le hable de este caso y se lo explique…
<<Cuando le dije que estos agentes no estaban cumpliendo con su trabajo, y me pidió que los describiera, se alarmo al saber a quienes me refería, por lo que me advirtió alejarme del caso y, si es posible, no hacerles preguntas si quiero seguir con vida…>>
Ambas lo miramos extrañadas. Andrew asiente con la cabeza.
–Lo sé, yo también reaccioné del mismo modo. Me pareció extraño que debíamos seguir órdenes de unos agentes de la CIA que, si bien podrían ayudarnos, no hicieron otra cosa que quitarnos los casos y desmentir los hechos. Sumándole al hecho de que alguien esparció rumores de que estos casos no ocurrían aquí. Todo es un desastre desde que llegaron los de la CIA. Aunque la declaración de Anna confirma nuestras sospechas de que estas personas no eran exactamente de esa organización, había algo en su comportamiento y en sus actos que no encajaban… ¿Dónde consiguieron esa grabación, por cierto?
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Las Tinieblas Tienen Nombres
ParanormalTras la muerte de su tía, Victoria Hawking es una joven que es enviada junto a su amiga a Oregón a investigar una serie de asesinatos para escribir un artículo para su trabajo, sospechando que dichas muertes, cuyas víctimas son principalmente niños...