Regar las plantas fue un trabajo rápido, las de fuera tienen un sistema de aspersores automático, por lo que su única tarea fue ir con un jarrito y darles a las plantas del interior la cantidad justa para que no se encharque la tierra. Lo de limpiar las alfombras tampoco era una gran ciencia, los White no tienen suelos de moqueta como los Swan, así que lo único que Luzu tenía que hacer era usar la aspiradora de mano en el peludo de la entrada, los que están en los baños, y en el de la puerta trasera que conecta la cocina y el patio, pero se encontró con un par de obstáculos inesperados. El primero fue una Sophie aun algo humedecida que estaba acomodada sobre una de ellas y se negaba a desalojar. La gata, aun bastante enojada con él, le bufaba si se acercaba demasiado y Luzu estaba seguro de que si trataba de moverla esta vez sí que le iba a intentar morder. No sabía cómo le iba a hacer, si tratar de espantarla con un rociador o con un trapo, pero ese primer problema se resolvió por sí solo cuando Quackity entró a la habitación. El demonio ni siquiera pareció verla en un inicio, lo único que hizo fue acercarse a Luzu para decirle algo y Sophie se erizó como si le hubieran electrocutado antes de irse corriendo.
-Vaya, y pensé que yo le caía mal a esa gata-
Quackity chasquea la lengua y se cruza de brazos, emanando tanta ofensa que era gracioso.
-Bichos de mierda, siempre tan perseguidos- refunfuña -Huyendo como si fuera a perder mí tiempo cazándolos-
-¿Y no lo harías?- preguntó curioso, Quackity alzó una ceja en su dirección, por lo que el humano aclaró -Si estas aburrido quiero decir, no te ofendas, pero no tengo idea de que es lo que les gusta hacer a los demonios en su tiempo libre y pensé que en algún momento tendría que pedirte que no la acecharas por la casa-
-¿Para qué? Los gatos son rápidos pero no representan ningún desafío que valga la pena, y aun si lo hiciera el premio sería una basura ya que esas cosas están llenas de pelo y apenas tienen carne- dijo mientras se retiraba uno de sus guantes, dejando ver unas uñas oscuras y afiladas que revisó críticamente -Si voy a invertir mi tiempo cazando algo preferiría que haya más dificultad, más juego, y que mi recompensa fuera algo más... jugosa y sustancial-
Y entonces Quackity le dirigió una mirada que le puso los pelos de punta, lo suficiente como para que salir corriendo como lo hizo Sophie se le pasara por la mente. Luzu estaba inquieto, debatiéndose mentalmente acerca de si de verdad deseaba preguntar lo que quería preguntar o si no sería mejor hacer como que no le entendió, cuando el demonio le pidió (o le ordenó más bien) que le hiciera algo de beber, cosa que estuvo muy dispuesto a hacer para salir de ese momento extraño.
Mientras Luzu preparaba algo rápido intercambiaron algunos comentarios inocuos acerca del clima o lo molestas que eran algunas mascotas, un dialogo educado para llenar un silencio que se estaba prolongando un poco más de lo que a Quackity le gustaba... o al menos esa impresión le dio cuando empezó a jugar con sus dedos sobre la mesada, un gesto de incomodidad inconsciente con el que estaba muy familiarizado. Pareció funcionar e incluso pasaron un par de minutos agradables, pero entonces Quackity probó lo que había preparado y se mostró muy inconforme con ello. Aparentemente había invocado a un demonio de gustos muy exigentes, y un jugo de sobrecito con sabor artificial a naranja no era su idea de una bebida de verdad. Si tenía que ser honesto Luzu le entendía perfectamente, de hecho opinaba de la misma manera ya que él también detesta esos jugos y nunca los prepararía para sí mismo a menos que estuviera sufriendo un bajón de azúcar o algo así; pero no había pensado que eso le importaría, a la mayoría de la gente los sabores falsos no les representan ningún problema y por eso pensó que tampoco lo sería aquí, pero vaya que se equivocó. Empezaron una discusión que solo iba en círculos, y fueron los niños quienes le salvaron de esa situación tan irritante llamándole para que les alcanzara una cosa que estaba en una repisa alta. Una vez que se resolvió eso Luzu decidió que esa alfombra podía limpiarse más tarde y evitó la cocina durante un rato.
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Te quiero
Fanfic-¿De verdad vas a darme lo que quiera?- pregunta finalmente -¿Lo que sea?- -Sí, lo que quieras siempre que estés dispuesto a pagar el precio- -Entonces... se mi amigo, por favor- ¿Eh? ¿Cómo? En sus miles de años de vida Quackity, un demonio de codic...