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Las rodillas le dolían un poco, y no era para menos, estar tanto tiempo arrodillado le causaba un poco de molestia. Su garganta dolía de igual manera; tener el deber de realizar una felación para cuatro sujetos no era cosa fácil. Con sus manos se ocupaba de dos y con su boca las otras que faltaban, oh bueno, hacía el intento.
De pronto sintió como uno de los hombres lo tomaba del cabello y le enterraba miembro en su boca; aquella acción le impresionó, pero tenía que mantener el equilibrio y seguir con su trabajo. El más alto sonrió ante la calidez de aquel interior, mientras que el contrario fruncia elceño ante el gesto.
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Ustedes pueden imaginar quienes eran los 4 sujetos.
