Prólogo

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Es de noche y llueve, siente a sus padres hablar por lo bajo creyendo que su hermano y el están dormidos, la realidad es completamente distinta.

Su hermano sabe lo que planea y no está para nada feliz.

"De verdad que yo no puedo creer que te esté ayudando"

Menciona el beta, el ojiazul lo mira mientras se sube el cierre de la campera y se coloca la capucha.

"Tengo que ir, hoy pelea un chico que tiene fama de ser buen peleador. No puedo perderme eso"

Hace puchero y cada vez que lo hace sabe que su hermano cede, así como también cualquier otra persona.

Esos labios rosa, con forma de corazón llamaban la atención de demasiadas personas, sobre todo alfas.

Seguía sin importarle los alfas, siempre fue creyente que el día que estuviera con un alfa sería porque verdaderamente su omega y el finalmente estén de acuerdo que es el indicado.

Es la razón por la cual es tan sobreprotegido.

Un omega de 22 años, virgen y con ninguna relación amorosa como anécdota era difícil de creer.

"Vete antes de que me termine arrepintiendo"

Agus besa la mejilla de su hermano y se encamina por la ventana, hay una escalera de emergencia y baja lentamente porque sabe que el mínimo ruido hará que sus padres se coloquen en modo alerta.

Una vez que se aleja de su casa llama a su mejor amiga quien atiende rápidamente y le dice que está en la puerta del gimnasio donde se hará la pelea.

Camina rápidamente mirando hacia todos lados tratando de que nadie lo siga, porque si bien estaba acostumbrado a escaparse a altas horas de la madrugada no significaba que no estuviera en peligro.

Más siendo Omega.

Una vez que visualiza a su amiga se abrazan e ingresan, ya todos lo conocen además de que el entrenador de uno de los chicos de allí es el novio de su amiga.

"Pensé que no ibas a poder llegar"

"Nah, un poco de hacerme el víctima y mi hermano cae"

Ríe, siempre funcionaba.

Quedan parados uno al lado del otro hasta que en un momento apagan las luces y comienza la primera pelea.

Si bien es muy amante de las peleas, sabe que está será aburrida, sabe leer mucho el lenguaje de los peleadores. Uno de ellos es alto, rubio y bastante fornido, el otro es de la misma altura solamente que cabello negro.

La pelea comienza bien aunque si tiene que admitir es un poco aburrida, cada movimiento que va a realizar uno, él lo deduce. Toda la pelea es así que hasta su amiga comienza a reírse porque es tal cual dice Agustín.

Coti, su amiga, le susurra que va a saludar a su novio y que ya volvía a lo que él asiente.

Cuando se va a correr para dejar pasar a su amiga choca con un enorme cuerpo, y ambos murmuran que lo lamentan.

Al voltear choca con una mirada verdosa que Agustín jamás había visto, era muy bonita y llama su atención.

"Lo lamento.." comienza hablar, nota que es un alfa por su olor a café y bosque, un aroma tan varonil que le agrada.

Jamás le había agradado el olor de un alfa.

"Agustín"

Menciona perdido en ese aroma que lo envuelve y parece transportarlo.

"Soy Marcos, un gusto"

Alarga su mano y el omega tarda en reaccionar pero la estrecha. El alfa se coloca a su lado y ríe.

"¿Hace mucho venís a mirar peleas?"

Menciona el más alto, su mirada verdosa lo escanea de punta a punta y su Omega no puede evitar ronronear.

Algo que jamás le había pasado, se estaba desconociendo completamente.

"Desde hace dos años que descubrí este gimnasio, el novio de mi amiga entrena a alguien aquí y siempre que puedo vengo ¿Tu?"

"Vengo siempre que puedo también, a veces se me complica con la facultad pero trato de que no se interponga mucho"

Nadie menciona nada después de eso y siguen mirando la pelea como si nada.

Hasta que el omega hace un comentario que hace reír al más alto

"En vez de darle una patada en la pantorrilla y tirarsele encima no"

Habla enojado, como si el fuese el coach.

Escucha cada palabra que sale de la boca del ojiazul con determinación, llama su atención. Aquel omega pequeño, llamaba su atención.

Una vez que termina la pelea se dirige nuevamente al alfa

"Oye Marcos no te..."

No termina la oración porque observa que se ha ido. Había desaprovechado la oportunidad de preguntarle aunque sea su apellido, edad, algo. Tal vez que días venía.

Suspira con un poco de pesar y observa a su amiga del otro lado de la jaula mirarlo y hacerle seña que se acerque, una vez que lo hace saluda a Alexis.

"Va a pelear mi amigo"

Menciona Alexis, alias el conejo.

Agustín asiente pero perdido en su mundo, busca con la mirada a Marcos pero no lo encuentra.

No sabe por qué, pero su instinto insiste en buscarlo.

Nuevamente se apagan las luces y cuando observa a la jaula lo ve.

Allí se encontraba aquel alfa de ojos verdes que tanto había llamado su atención, cuando el alfa lo visualiza simplemente le sonríe.

La pelea comienza y no puede dejar de observar cada movimiento, ni que hablar del abdomen de aquel chico. Era un sueño, deseaba poder pasar sus manos por aquellos brazos.

Se le escapa un gemido bajo y trata de carraspear para poder disimular. La pelea pasa rápidamente y cuando termina no puede evitar escanear aquel cuerpo sudado que lo atraía. Marcos lo busca nuevamente con la mirada y cuando lo encuentra le guiña un ojo, al mismo momento que lo dan como ganador.

En ese preciso momento supo que aquel alfa sería su maldita perdición.

Intenta apretar sus piernas porque por primera vez y sin la necesidad de un celo, cree haberse mojado.

Maldito alfa.

Clandestino [Margus] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora